Cuando Benedicto Jiménez se desempeñó como Jefe de la División de Doctrina Policial de la Dirección de Instrucción y
Doctrina de la Policía Nacional del Perú no quiso dejar pasar la oportunidad
de compendiar los discursos del año 1999-2000 por diversos motivos , entre ellos, crear doctrina policial, durante la
gestión como Director de la Dirección de Instrucción y Doctrina de la Policía
Nacional del Perú( DINSTDOC), General
PNP, Armando Santisteban De la Flor.
En la antigua Roma consideraban que lo que el hombre
escribe es la única indicación segura de sus creencias e intenciones y dentro
de la lógica rigurosa del Imperio Romano , los escritos eran más importantes
que los actos.
He ahí la importancia de registrar y quedar archivado los
discursos del comando de la DINSTDOC para que sirva para las generaciones
venideras y puedan saber cómo pensaba o sentía el hombre que rigió los destinos
del ente rector del Sistema de Instrucción Policial en un determinado tiempo y
espacio.
Hoy en día está muy venida a menos los discursos y su prima
hermana la elocuencia. En Atenas nació y
se consolidó el arte de escribir y
hablar bien y de convencer a la Asamblea y al Tribunal.
Diputados y jueces
se entrenaban en el oficio de la elocuencia que era una palabra mágica tras la cual se escondía los
verdaderos secretos del orador, cuyo oficio consistía en presentar de manera
esmerada , positiva y creadora las reflexiones sobre los hechos importantes de
la polis.
Es una fuerza
creadora singular de la imaginación generadora de una especie de receptividad
en los auditorios que los sume en intensa y trascendental fascinación. La elocuencia es un arte para el que todavía
se requiere un tipo especial de inteligencia, que nos permite comprender los hechos
de una manera clara y mejor.
Para muchos esto puede reducirse solamente a un problema de
estética o de simple aseo mental.
En la obra "Hamlet" de Shakespeare, Polonio le da el siguiente consejo a su
hijo Laertes : "Lengua no des jamás a las ideas y no
ejercites pensamiento alguno sin meditarlo bien".
Para escribir bien se requiere un lenguaje sencillo y
directo, artículos breves y sustanciosos, acabar con la palabrería, verborrea
jactanciosa, terminar con toda clase de peroratas difusas y sin sustancia,
investigar, estudiar y analizar el tema. Me parece que con creces, los
discursos que han sido recopilados por la DIDOC, la mayoría del año de 1999,
cubren estas expectativas.
Estos discursos son expresiones de la creatividad de ser humano y del policía que expresa sus ideas
y sentimientos en realidades distintas; y, que van dándole forma a la doctrina
policial, pasen a las escuelas e instituto del sistema de instrucción policial
para que sean referenciales y para que
se puedan extraer de ellos, las ideas centrales para futuros discursos y pudiendo de esta manera facilitar la labor del orador y sobre todo,
se enriquece la doctrina policial.
La dirección electrónica del compendio se puede encontrar en :
https://issuu.com/abogadolitigante912/docs/discursos_dinstdoc-1999
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