martes, 6 de febrero de 2018

¿POR QUÉ FRACASAN LAS REFORMAS POLICIALES?



Los primeros cien días de un gobierno es clave para realizar la reforma del Estado o de sus principales instituciones . Si en ese tiempo no se hacen los cambios de manera rápida, decisiva y sostenida, es seguro que vamos a tener un quinquenio perdido en el tema de la seguridad ciudadana en nuestro país que se caracteriza por ser de las oportunidades perdidas.

Es tradicional que cuando ingresa un nuevo gobierno, intente llevar a cabo la reforma policial de una institución que tiene importancia capital para la Seguridad Ciudadana y así ponerles paños fríos a la percepción de  inseguridad de la población que bordea el 90 ( porcentaje de la población cree que la violencia delictiva está en aumento).

Más del 30% de peruanos de 15 y más años de edad fue víctima de algún hecho delictivo y entre los motivos que tienen los afectados para no realizar una denuncia ante la Policía  figura que sería una  pérdida de tiempo.

El 60% de los peruano consideran que la  delincuencia es el principal problema del país.
Esta  percepción afectó el  respaldo a la gestión del ex  ministro del Interior, Carlos Basombrio, quien era  el responsable directo de resolver este problema.

La Policía Nacional en su larga historia ha pasado por más de quince  reformas policiales.


El intento más serio se dio en el  Gobierno de Alejandro Toledo cuando se expedió la Resolución Suprema Nº 0965-2001-IN( 5 de octubre del 2001 ) cuando se creó la  Comisión Especial responsable de llevar a cabo un diagnóstico situacional de la policía, definir la agenda y trazar los objetivos para optimizar el servicio que brinda la Policía Nacional en cuanto a Seguridad Ciudadana, reconstruir la instituciòn y diseñarla bajo nuevos y diferentes principios y objetivos , contando con la participación de sus propios miembros y la sociedad civil .Principalmente, acabar con la corrupción policial, dignificar la función policial y reinsertarla en la vida democrática del país quitándole todo atisbo de militarismo,


El anterior gobierno de Ollanta Humala en su momento despertó grandes expectativas en cuanto a seguridad ciudadana por que se suponía que habiendo sido militar pondría orden y seguridad en el país, pero al final acabó perdiendo el rumbo y fracasó.


Toda reforma policial busca que  modernizar el marco normativo , la doctrina policial, la estructura orgánica , optimizar los procesos de selección , instrucción, salud y bienestar, evaluar el personal en funciones, los sistemas de participación y control democrático, gestión y administración de los recursos, realizar una reingeniería de los procesos y procedimientos policiales, identificar y buscar solución a las necesidades financieras, sistema de recursos humanos, tecnología informática , telecomunicaciones, transporte, proyectarse a conseguir nuevas fuentes de financiamiento interna y externa y combatir la corrupción administrativa y operativa .

Pero, todas las reformas o reestructuraciones fracasan y entre las principales causas de este fracaso  podemos mencionar los siguientes :

1.  La policía no cuenta con diagnóstico real, objetivo, sincero,  actualizado de manera permanente . Esta información es básica para realizar cualquier tipo de reforma.


2. Aún existen varias  subculturas organizacionales en la policía  o códigos que no permite la  integración policial y , por ende, la reforma .


3. El modelo policial peruano actual responde a un esquema de organización que viene desde que se integraron en 1989 las tres instituciones ( ex Guardia Civil, ex Guardia Republica y ex Policía de Investigaciones ) obedeciendo a un criterio político , pero no técnico ni profesional , tal es así que nunca se llegó a ensamblarse en una sola institución y tampoco existe un análisis y evaluación del resultado de casi 22 años de la llamada “integración policial “ que empieza a perfilarse a partir de inicios de la década de los noventa cuando se juntan las ex escuelas de formación de la Guardia Civil, la Guardia Republicana y la Policía de Investigaciones en una sola ( La Campiña).

Más aún, a partir de la década los noventa , aparece otra subcultura , los “policías nacionales” que no se ubican ni en una u otra subcultura y sólo sueñan con que en un futuro próximo se vayan todos los “códigos “ ( Código 1-ex GC-, Código 2- ex PIP- y Código 3- ex GR) para ellos hacerse cargo de la Policía Nacional .

Indudablemente, tendrán que esperar aproximadamente unos ocho o diez años para asumir el comando de la Policía Nacional ,  mientras tanto, la ineficacia y eficacia de la policía en la  Seguridad Ciudadana – la razón de su existencia- y su progresiva “canibalización”  en cuanto a sus funciones por otras instituciones, entre las que está el voraz Ministerio Público con la aplicación del nuevo Código Procesal Penal que los convierte en super fiscales, super policías o super jueces , así como otras fuerzas privadas  en plena era de la globalización o la subordinación al poder político que dirige sus destinos, incluso el ministerio del Interior y el comando policial, creo que cuando suceda la desaparición de los códigos o del remanente de las ex instituciones ( GC, GR y PIP) , no existirá la Policía Nacional sino poderosas  empresas privadas que cubrirán el servicio de seguridad ciudadana a cargo de los que alguna vez fueron políticos que dirigieron los destinos del sector interior y la policía nacional .

Otra de las causas de los fracasos de las reformas policiales es la falta de compromiso de los policías porque nunca sintieron las reformas como suyas , tampoco se sintieron como parte de ella , por algo tan elemental :  es difícil – por no decir imposible- hacer cambios  profundos en una institución cuando no se soluciona primero el problema de los bajos sueldos que reciben cada mes.

A un policía que apenas para sobrevivir quince días al mes , que tiene todos los problemas del mundo , que  carece de atención de salud adecuada y eficiente para él y su familia,  de una vivienda digna y que todos los días observa como sus jefes roban o se convierten en "zancudos humanos" chupando la escasa gasolina de las móviles para beneficio personal , es imposible pedirles que se comprometan con una reforma policial o reestructuración o reingeniería, como quieras llamarla.

Otra razón de los fracasos es la confusión que existe en cuanto a lo que realmente se pretende alcanzar con una reforma : “ reestructuración” , “ modernización “ o “reingeniería” .

Casi siempre las reformas terminaron en simples reestructuraciones y esto ha convertido a la PNP en una institución elefantiásica o crear regiones u oficinas para darle ocupación a la gran cantidad de generales que existen en el país que caminan con un pequeño séquito a su alrededor que bordea los ocho o diez policías que bien podrían desempeñarse en seguridad ciudadana o en una “modernización” que significa comprar más computadoras  o renovar las existentes , adquirir nuevos patrulleros o crear grupos especiales que sólo sirven de marketing o llevar a cabo famosos planes de seguridad que en su momento fueron inaugurados con bombos y platillos como el Plan Cuadrante, el  Plan Telaraña, etc., que terminaron en el olvido.

Otra razón es que en estas reformas policiales no se hace participar a los  “operadores policiales” o si se les convoca, luego son desplazados por la materia gris de los llamados “civilistas” o la “izquierda trasnochada ilustrada”  o “ la sociedad civil “ que venden la idea que están vacunados contra la corrupción y que solo ellos pueden realizar una reforma ; personajes que en realidad, convierten al sector interior y la PNP en su chacara , la mayoría  amigos o conocidos de los ex ministros del Interior.


Si bien es cierto que en los primeros momentos de la reforma se convocan a policías para cubrir las apariencias de que la misma policía realiza la reforma, al pasar el tiempo y de manera subrepticia, terminaban siendo desplazados y la “sociedad civil “ coge las riendas de la reforma y al final terminan elaborando informes o libros que nadie lee o que duermen en alguna biblioteca porque son inaplicables, nunca recogieron el diagnóstico real de la policía - porque no existe- y carecen de metas alcanzables , así como coherencia lógica y sistematicidad .

Los que hemos sido policías y conocemos la problemática policial, estamos convencidos que lo ideal en una reforma es llevar a cabo una “reingeniería” que debe empezar por transformar las funciones en procesos porque la policía está organizada en funciones pero no en procesos , tal es así, que existen funciones que se cruzan o que están demás y no tienen relación con el  propósito y razón de ser de la policía que es : Garantizar la seguridad ciudadana .


Una vez convertida las funciones en procesos ( inteligencia, administración, logística, informática, investigación criminal, Criminalística, prevención, seguridad pública , etc. ) realizar el rediseño radical de los procesos con la finalidad de bajar los costos y los tiempos del servicio policial, mejorar la calidad y brindar un servicio efectivo en "prevención ", medida en tiempo .

Por ejemplo , que la policía llegue en cinco minutos antes que suceda un evento delictivo .  Eso se conoce en otros país modernos y desarrollados como “ prevención medida en tiempo”. La "prevención" en países desarrollados se entiende como la capacidad de respuesta que tiene la policía " medido en tiempo". Si cada año bajan el tiempo de reacción, entonces, la prevención es más efectiva.

Todos los intentos de reforma policial han fracasado , no obstante que se gastado energías, horas de trabajo, tiempo valiosos en debates y discusiones, infructuosos estudios o   diagnósticos inventados o se elaboraron  frondosos planes de desarrollo estratégico por “expertos” - que ganan sustanciosos sueldos como asesores que bien podría pagarse el sueldo a cinco u ocho policías – detrás de un escritorio sin saber la diferencia de un “marca” con un “piraña”.


En síntesis, debemos tener en limpio que la reforma policial será efectiva en la medida en que se establezca lo que realmente se quiera realizar : reingeniería, reestructuración o modernización ; que se logre el concurso y compromiso de los mismos “operadores policiales” y no sean desplazados por la llamada “sociedad civil”.

Pero lo principal es realizar un análisis y evaluación de lo que se ha convertido la policía en la actualidad después de 22 años de la llamada “integración “ y si realmente se cumplieron los objetivos por lo cual se integraron las tres instituciones  para lograr de una vez por todas las tan  ansiada integración policial , consolidando la cuatro ex culturas organizacionales ( ex Guardia Civil, ex Policía de Investigaciones, ex Guardia Republicana , Policía Nacional ).

Haciendo memoria es a  partir de 1988 cuando aparece el modelo unificado de la Policía Nacional.

La unificación de estas fuerzas se produjo como respuesta a una serie de graves y continuos enfrentamientos entre ellas a lo largo de dicha década y que condujeron a una severa crisis institucional, pero no obedeció a un criterio técnico ni profesional, sino a un criterio netamente político del gobierno aprista de aquel entonces.

Un detonante clave para esta "integración" fue el caso policial conocido como "Caso Villa Coca" (Reynaldo Rodríguez Nuñez  "El Padrino"), donde estuvieron involucrados muchos jefes de la policía, principalmente de la ex Policía de Investigaciones.

El gobierno aprista quiso dar un escarmiento y unificó a las tres ex instituciones: Guardia Civil, Guardia Republicana y Policía de Investigaciones.

 Aparentemente, esta unificación policial buscaba tres objetivos: eficacia, disciplina y moralidad. En cuando a disciplina, se buscaba acabar con las inútiles rencillas internas y enfrentamientos en que se hallaban enfrascados los Guardias Civiles con los Policías de Investigaciones por que había invasión e interferencias de campos funcionales que originaban estériles disputas que dañaban la imagen de la Policía.

La novísima institución policial asumió las funciones y atribuciones de las antiguas Fuerzas Policiales y si bien la "integración" permitió terminar con dichos incidentes, trajo consigo otros problemas que, a pesar de los años transcurridos, siguen afectando negativamente la función policial, tales como son:

La inacabada integración policial que se traduce en que aún existen varias subculturas organizacionales que traban una verdadera integración. La cultura organizacional es definida por diferentes especialistas como el conjunto de valores compartidos por todos los miembros de la organización, los comportamientos, creencias y valores que facilitan la forma correcta de percibir, pensar y sentir, el conjunto de valores, hipótesis y creencias que tiene en común los miembros de una organización y que modelan la forma como perciben, piensan y actúan dentro de los establecido. Es la compleja mezcla de suposiciones, conductas, relatos, mitos, metáforas y demás ideas que se juntan para definir lo que significa ser miembro de una organización específica.

La presencia de cinco códigos, cada uno con sus perfiles y cultura organizacionales diferentes: Código 1 (Ex Guardia Civil), Código 2 (ex Policía de Investigaciones), Código 3 (ex Guardia republicana), Código 4 (Sanidad) y Código 5 (Policías Nacionales - a partir de 1990). Esto se traduce en que cuando un general asume el comando o   la dirección de alguna unidad, se rodea de elementos de su ex código y discrimina a los otros códigos.
Las rencillas continúan entre los integrantes de la ex instituciones, si bien no son muy evidentes, pero sí son  soterradas.

La falta de identidad y espíritu de cuerpo policial.

La falta de mística institucional .

La desprofesionalización e interés por especializarse en áreas que fueron exclusivas de la ex Policía de Investigaciones como son la Criminalística y la Investigación Criminal.

Sino se toma en cuenta estos detalles, tal vez seremos testigos de un nuevo e inútil intento de hacer una reforma , sumándose a las otras con la secuela de pérdida de tiempo y dinero, pero principalmente, quedarán las esperanzas de miles de policías fragmentados como sueños rotos y nuevamente seremos testigos de una gran oportunidad y quinquenio perdido por falta de visión, audacia y estrategia . Y, nuestra policía seguirá como ahora : incompetente, improductiva y sujeta al azar y la improvisación, sin una plan para 15 o 20 años , hasta que se vaya el último de las ex instituciones o códigos y asuma la  Policía Nacional el comando de la policía que puede darse en ocho o diez años .


Mientras tanto en algunas ciudades como el Cusco,  la percepción de inseguridad ciudadana fue de 93.8%  en noviembre 2017 y según el  general Max Iglesias., bajó apenas  en 1.2%.  Y  los ciudadanos hacen tiempo que dejaron de pensar en la policía para solucionar el problema de la inseguridad ciudadana porque ha perdido eso que se conoce como “posicionamiento” en la razón de ser de la Policía Nacional  : La seguridad ciudadana 


Febrero 2018

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