Los primeros cien días de un gobierno es clave para realizar
la reforma del Estado o de sus principales instituciones . Si en ese tiempo no
se hacen los cambios de manera rápida, decisiva y sostenida, es seguro que
vamos a tener un quinquenio perdido en el tema de la seguridad ciudadana en
nuestro país que se caracteriza por ser de las oportunidades perdidas.
Es tradicional que cuando ingresa un nuevo gobierno, intente
llevar a cabo la reforma policial de una institución que tiene importancia
capital para la Seguridad Ciudadana y así ponerles paños fríos a la percepción de inseguridad de la población que bordea el 90 ( porcentaje de la población cree
que la violencia delictiva está en aumento).
Más del 30% de
peruanos de 15 y más años de edad fue víctima de algún hecho delictivo y entre
los motivos que tienen los afectados para no realizar una denuncia ante la
Policía figura que sería una pérdida de tiempo.
El 60% de los peruano consideran que la delincuencia es el principal problema del país.
Esta percepción afectó el respaldo a la gestión del ex ministro del Interior, Carlos Basombrio,
quien era el responsable directo de
resolver este problema.
La Policía Nacional en su larga historia ha pasado por más de quince reformas policiales.
El intento más serio se dio en el Gobierno de Alejandro Toledo cuando se expedió
la Resolución Suprema Nº 0965-2001-IN( 5 de octubre del 2001 ) cuando se creó la Comisión Especial responsable de llevar a cabo
un diagnóstico situacional de la policía, definir la agenda y trazar los
objetivos para optimizar el servicio que brinda la Policía Nacional en cuanto a
Seguridad Ciudadana, reconstruir la instituciòn y diseñarla bajo nuevos y
diferentes principios y objetivos , contando con la participación de sus
propios miembros y la sociedad civil .Principalmente, acabar con la corrupción
policial, dignificar la función policial y reinsertarla en la vida democrática
del país quitándole todo atisbo de militarismo,
El anterior gobierno de Ollanta Humala en su momento despertó grandes
expectativas en cuanto a seguridad ciudadana por que se suponía que habiendo
sido militar pondría orden y seguridad en el país, pero al final acabó
perdiendo el rumbo y fracasó.
Toda reforma
policial busca que modernizar el
marco normativo , la doctrina policial, la estructura orgánica , optimizar los
procesos de selección , instrucción, salud y bienestar, evaluar el personal en
funciones, los sistemas de participación y control democrático, gestión y
administración de los recursos, realizar una reingeniería de los procesos y procedimientos policiales,
identificar y buscar solución a las necesidades financieras, sistema de
recursos humanos, tecnología informática , telecomunicaciones, transporte,
proyectarse a conseguir nuevas fuentes de financiamiento interna y externa y
combatir la corrupción administrativa y operativa .
Pero, todas las
reformas o reestructuraciones fracasan y entre las principales causas de
este fracaso podemos mencionar los
siguientes :
1. La policía no cuenta con diagnóstico real, objetivo, sincero, actualizado de manera permanente . Esta
información es básica para realizar cualquier tipo de reforma.
2. Aún existen varias subculturas organizacionales en la policía
o códigos que no permite la integración
policial y , por ende, la reforma .
3. El modelo policial peruano actual responde a un esquema
de organización que viene desde que se integraron en 1989 las tres
instituciones ( ex Guardia Civil, ex Guardia Republica y ex Policía de
Investigaciones ) obedeciendo a un criterio político , pero no técnico ni
profesional , tal es así que nunca se llegó a ensamblarse en una sola
institución y tampoco existe un análisis y evaluación del resultado de casi 22
años de la llamada “integración policial “ que empieza a perfilarse a partir de
inicios de la década de los noventa cuando se juntan las ex escuelas de
formación de la Guardia Civil, la Guardia Republicana y la Policía de
Investigaciones en una sola ( La Campiña).
Más aún, a partir de la década los noventa , aparece otra
subcultura , los “policías nacionales” que no se ubican ni en una u otra
subcultura y sólo sueñan con que en un futuro próximo se vayan todos los
“códigos “ ( Código 1-ex GC-, Código 2- ex PIP- y Código 3- ex GR) para ellos
hacerse cargo de la Policía Nacional .
Indudablemente, tendrán que esperar aproximadamente unos
ocho o diez años para asumir el comando de la Policía Nacional , mientras tanto, la ineficacia y eficacia de la
policía en la Seguridad Ciudadana – la
razón de su existencia- y su progresiva “canibalización” en cuanto a sus funciones por otras
instituciones, entre las que está el voraz Ministerio Público con la aplicación
del nuevo Código Procesal Penal que los convierte en super fiscales, super policías
o super jueces , así como otras fuerzas privadas en plena era de la globalización o la
subordinación al poder político que dirige sus destinos, incluso el ministerio
del Interior y el comando policial, creo que cuando suceda la desaparición de
los códigos o del remanente de las ex instituciones ( GC, GR y PIP) , no
existirá la Policía Nacional sino poderosas empresas privadas que cubrirán el servicio de seguridad
ciudadana a cargo de los que alguna vez fueron políticos que dirigieron los
destinos del sector interior y la policía nacional .
Otra de las causas de los fracasos de las reformas
policiales es la falta de compromiso de los policías porque nunca sintieron las
reformas como suyas , tampoco se sintieron como parte de ella , por algo tan
elemental : es difícil – por no decir
imposible- hacer cambios profundos en
una institución cuando no se soluciona primero el problema de los bajos sueldos
que reciben cada mes.
A un policía que apenas para sobrevivir quince días al mes ,
que tiene todos los problemas del mundo , que carece de atención de salud adecuada y
eficiente para él y su familia, de una
vivienda digna y que todos los días observa como sus jefes roban o se
convierten en "zancudos humanos" chupando la escasa gasolina de las
móviles para beneficio personal , es imposible pedirles que se comprometan con
una reforma policial o reestructuración o reingeniería, como quieras llamarla.
Otra razón de los fracasos es la confusión que existe
en cuanto a lo que realmente se pretende alcanzar con una reforma : “
reestructuración” , “ modernización “ o “reingeniería” .
Casi siempre las reformas terminaron en simples
reestructuraciones y esto ha convertido a la PNP en una institución elefantiásica
o crear regiones u oficinas para darle ocupación a la gran cantidad de
generales que existen en el país que caminan con un pequeño séquito a su
alrededor que bordea los ocho o diez policías que bien podrían desempeñarse en
seguridad ciudadana o en una “modernización” que significa comprar más computadoras
o renovar las existentes , adquirir
nuevos patrulleros o crear grupos especiales que sólo sirven de marketing o
llevar a cabo famosos planes de seguridad que en su momento fueron inaugurados
con bombos y platillos como el Plan Cuadrante, el Plan Telaraña, etc., que terminaron en el
olvido.
Otra razón es que en estas reformas policiales no se hace participar a los “operadores policiales” o si se les convoca,
luego son desplazados por la materia gris de los llamados “civilistas” o la “izquierda
trasnochada ilustrada” o “ la sociedad
civil “ que venden la idea que están vacunados contra la corrupción y que solo
ellos pueden realizar una reforma ; personajes que en realidad, convierten al
sector interior y la PNP en su chacara , la mayoría amigos o conocidos de los ex ministros del
Interior.
Si bien es cierto que en los primeros momentos de la reforma
se convocan a policías para cubrir las apariencias de que la misma policía
realiza la reforma, al pasar el tiempo y de manera subrepticia, terminaban
siendo desplazados y la “sociedad civil “ coge las riendas de la reforma y al
final terminan elaborando informes o libros que nadie lee o que duermen en
alguna biblioteca porque son inaplicables, nunca recogieron el diagnóstico real
de la policía - porque no existe- y carecen de metas alcanzables , así como
coherencia lógica y sistematicidad .
Los que hemos sido policías y conocemos la problemática policial, estamos
convencidos que lo ideal en una reforma es llevar a cabo una “reingeniería” que debe empezar por
transformar las funciones en procesos porque la policía está organizada en
funciones pero no en procesos , tal es así, que existen funciones que se cruzan
o que están demás y no tienen relación con el propósito y razón de ser de la policía que es
: Garantizar la seguridad ciudadana .
Una vez convertida las funciones en procesos ( inteligencia,
administración, logística, informática, investigación criminal, Criminalística,
prevención, seguridad pública , etc. ) realizar el rediseño radical de los
procesos con la finalidad de bajar los costos y los tiempos del servicio
policial, mejorar la calidad y brindar un servicio efectivo en "prevención
", medida en tiempo .
Por ejemplo , que la policía llegue en cinco minutos antes
que suceda un evento delictivo . Eso se conoce
en otros país modernos y desarrollados como “ prevención medida en tiempo”. La "prevención"
en países desarrollados se entiende como la capacidad de respuesta que tiene la
policía " medido en tiempo". Si cada año bajan el tiempo de reacción,
entonces, la prevención es más efectiva.
Todos los intentos de reforma policial han fracasado , no obstante que se gastado
energías, horas de trabajo, tiempo valiosos en debates y discusiones, infructuosos
estudios o diagnósticos inventados o se elaboraron frondosos planes de desarrollo estratégico por
“expertos” - que ganan sustanciosos sueldos como asesores que bien podría pagarse
el sueldo a cinco u ocho policías – detrás de un escritorio sin saber la diferencia
de un “marca” con un “piraña”.
En síntesis, debemos tener en limpio que la reforma policial
será efectiva en la medida en que se establezca lo que realmente se quiera
realizar : reingeniería, reestructuración o modernización ; que se logre el
concurso y compromiso de los mismos “operadores policiales” y no sean
desplazados por la llamada “sociedad civil”.
Pero lo principal es realizar un análisis y evaluación de lo
que se ha convertido la policía en la actualidad después de 22 años de la llamada
“integración “ y si realmente se cumplieron los objetivos por lo cual se integraron
las tres instituciones para lograr de una
vez por todas las tan ansiada
integración policial , consolidando la cuatro ex culturas organizacionales ( ex
Guardia Civil, ex Policía de Investigaciones, ex Guardia Republicana , Policía
Nacional ).
Haciendo memoria es a partir de 1988 cuando aparece el modelo
unificado de la Policía Nacional.
La unificación de estas fuerzas se produjo como respuesta a
una serie de graves y continuos enfrentamientos entre ellas a lo largo de dicha
década y que condujeron a una severa crisis institucional, pero no obedeció a
un criterio técnico ni profesional, sino a un criterio netamente político del
gobierno aprista de aquel entonces.
Un detonante clave para esta "integración" fue el
caso policial conocido como "Caso Villa Coca" (Reynaldo Rodríguez
Nuñez "El Padrino"), donde estuvieron involucrados muchos jefes
de la policía, principalmente de la ex Policía de Investigaciones.
El gobierno aprista quiso dar un escarmiento y unificó a las
tres ex instituciones: Guardia Civil, Guardia Republicana y Policía de
Investigaciones.
Aparentemente, esta
unificación policial buscaba tres objetivos: eficacia, disciplina y moralidad.
En cuando a disciplina, se buscaba acabar con las inútiles rencillas internas y
enfrentamientos en que se hallaban enfrascados los Guardias Civiles con los
Policías de Investigaciones por que había invasión e interferencias de campos
funcionales que originaban estériles disputas que dañaban la imagen de la
Policía.
La novísima institución policial asumió las funciones y
atribuciones de las antiguas Fuerzas Policiales y si bien la
"integración" permitió terminar con dichos incidentes, trajo consigo
otros problemas que, a pesar de los años transcurridos, siguen afectando
negativamente la función policial, tales como son:
La
inacabada integración policial que se traduce en que aún existen varias
subculturas organizacionales que traban una verdadera integración. La cultura
organizacional es definida por diferentes especialistas como el conjunto de
valores compartidos por todos los miembros de la organización, los
comportamientos, creencias y valores que facilitan la forma correcta de
percibir, pensar y sentir, el conjunto de valores, hipótesis y creencias que
tiene en común los miembros de una organización y que modelan la forma como
perciben, piensan y actúan dentro de los establecido. Es la compleja mezcla de
suposiciones, conductas, relatos, mitos, metáforas y demás ideas que se juntan
para definir lo que significa ser miembro de una organización específica.
La
presencia de cinco códigos, cada uno con sus perfiles y cultura
organizacionales diferentes: Código 1 (Ex Guardia Civil), Código 2 (ex Policía
de Investigaciones), Código 3 (ex Guardia republicana), Código 4 (Sanidad) y
Código 5 (Policías Nacionales - a partir de 1990). Esto se traduce en que cuando
un general asume el comando o la dirección de alguna unidad, se rodea de
elementos de su ex código y discrimina a los otros códigos.
Las
rencillas continúan entre los integrantes de la ex instituciones, si bien no
son muy evidentes, pero sí son soterradas.
La
falta de identidad y espíritu de cuerpo policial.
La falta
de mística institucional .
La
desprofesionalización e interés por especializarse en áreas que fueron
exclusivas de la ex Policía de Investigaciones como son la Criminalística y la
Investigación Criminal.
Sino se toma en cuenta estos detalles, tal vez seremos testigos de un nuevo e
inútil intento de hacer una reforma , sumándose a las otras con la secuela de
pérdida de tiempo y dinero, pero principalmente, quedarán las esperanzas de
miles de policías fragmentados como sueños rotos y nuevamente seremos testigos
de una gran oportunidad y quinquenio perdido por falta de visión, audacia y
estrategia . Y, nuestra policía seguirá como ahora : incompetente,
improductiva y sujeta al azar y la improvisación, sin una plan para 15 o 20
años , hasta que se vaya el último de las ex instituciones o códigos y asuma la
Policía Nacional el comando de la policía
que puede darse en ocho o diez años .
Mientras tanto en algunas ciudades como el Cusco, la percepción de inseguridad ciudadana fue de
93.8% en noviembre 2017 y según el general Max Iglesias., bajó apenas en 1.2%. Y los ciudadanos
hacen tiempo que dejaron de pensar en la policía para solucionar el problema de
la inseguridad ciudadana porque ha perdido eso que se conoce como “posicionamiento”
en la razón de ser de la Policía Nacional : La seguridad ciudadana
Febrero 2018
No hay comentarios.:
Publicar un comentario