Temas
relacionados a la doctrina y la ciencia policial
La doctrina y ciencia policial debe propender a que la policía respete
los derechos humanos, esté subordinada a las autoridades constitucionales, brinde un servicio ajeno a toda consideración política, ideológica o de
posición social o cualquier discriminación y que cuando reciban órdenes de los
políticos de turno para que solucionen
el conflicto social , cueste lo que cueste, sepan aclararles y decirles con valor y sin miedo :
”
La policía defiende el orden interno democrático ; orden dentro de un Estado de Derecho en donde
se privilegie la razón, el diálogo, la concertación, antes que la paz de los
cementerios o el imperio de las balas y las bombas”
Estoy seguro que lejanos están los días cuando el INAEP (Instituto de Altos
Estudios Policiales) se convertía en el centro del desarrollo de la doctrina y ciencia
policial y las aulas se transformaban en verdaderos centros de debates,
discusiones, o los participantes - coroneles de la PNP- se enfrascaban , como “pequeños filósofos” o “policiólogos” en
debates sobre temas de actualidad , respondiendo a preguntas como :
¿ Existen leyes en la historia que tengan fuerza actuante en las tendencias que
están en el dominio de la policía?
¿Cómo
se expresa la ley de efecto político y la ley de responsabilidad refleja en la
policía como hecho político?
¿
Qué tipo de orden debe mantener y restablecer la policía?
Ahora el INAEP , como muchos centros de capacitación de la PNP , navegan en el
"oscurantismo", buscando que responder interrogantes más cercanas a
las ciencias puras, o tratando de copiar modelos extranjeros o aprender teorías
y doctrinas en las universidades o institutos que nada tiene que ver
con la doctrina y la ciencia policial
que siguen estando en pañales en la policía .
Estas preguntas siguen teniendo vigencia ; más aún, cuando revisamos en la
historia policial hechos sangrientos como EL BAGUAZO , en donde 16 oficiales de
la policía que dirigieron y ejecutaron
el violento desalojo en la llamada Curva del Diablo , el 5 de junio 2009, fueron denunciados y procesados , y tal vez,
sentenciados, por homicidio calificado y
lesiones graves por los muertos y heridos del suceso que nunca podrá borrarse
del imaginario policial ni del país .
En
la denuncia , la fiscalía señalaba que
los efectivos policiales estaban obligados , en el desempeño de sus funciones,
a respetar los derechos humanos de todas las personas y que el uso de la fuerza
debe ser excepcional , razonable ; en otro acápite de la denuncia, hizo mención
del poder de fuego que usaron los policías ( revólveres, pistolas, fusiles AKM)
mientras que los pobladores y nativos utilizando en su defensa , lanzas de su
uso común y objetos contundentes como piedras y palos; por lo tanto, la fiscal
consideraba que la acción policial era desproporcionada .
Otro medio de comunicación publicaba que la responsabilidad penal puede llegar
hasta el presidente de la República y que los ministros , Jehude Simón ,
Mercedes Cabanillas y Antero Flores –Araoz , deberían ir al banquillo por “El
Baguazo”.
Lo cierto es que los ministros , antes mencionados , regresaron a sus
actividades habituales y dejaron las
carteras, pero a los policías les esperaba una larga Vía Crucis porque este
tipo de procesos , por su naturaleza ( homicidio , lesiones y violación de
derechos humanos ) son interminables .
La ley de
efecto político y la ley de responsabilidad reflejada.
En el “Baguazo” se observa los efectos
de dos leyes que se presentan historicamente en la policía como institución : La ley de efecto político y la ley de
responsabilidad reflejada.
Esto debido a que l as decisiones políticas o sociales que adopten los políticos del Gobierno de turno tienen influencia, efectos, tanto positiva o negativamente en la función policial .
Y muchas veces, estos efectos son determinantes y perjudiciales en su futuro , como institución, y en la carrera profesional de los mismos policías que ejecutaron las órdenes de los políticos de turno , algunos de los cuales , después se “lavan las manos” y les sueltan a los generales a los leones para que los destrocen en interminables denuncias y procesos penales y administrativos-disciplinarios.
Esto debido a que l as decisiones políticas o sociales que adopten los políticos del Gobierno de turno tienen influencia, efectos, tanto positiva o negativamente en la función policial .
Y muchas veces, estos efectos son determinantes y perjudiciales en su futuro , como institución, y en la carrera profesional de los mismos policías que ejecutaron las órdenes de los políticos de turno , algunos de los cuales , después se “lavan las manos” y les sueltan a los generales a los leones para que los destrocen en interminables denuncias y procesos penales y administrativos-disciplinarios.
Esto se da porque la policía , además de ser una institución importante en la
vida de la nación, es un hecho político , y como tal, está ligado a la
concepción misma del Estado , se identifica con el sistema, y es penetrado por
su ideología en forma radical ; sistema al que tiene que defender para mantener
el orden imperante de dicho sistema o Gobierno de turno.
Tal es así de que si el Gobierno de turno defiende o promueve un Estado absoluto ,
autoritario, la policía asume sus características y se convierte en el brazo
represor de dicho Gobierno ; contrario sensu, si el Gobierno defiende o se
desenvuelve en un Estado de derecho, la policía asume también dicha característica.
Históricamente, la policía ha sido caracterizada desde un concepto metafísico y
como hecho político. Esto debe ser lo ideal, pero en la realidad no se presenta
así.
La ley de responsabilidad reflejada se manifiesta cuando el ente policial
recibe siempre por reflejo la responsabilidad de muchos hechos o disposiciones
gubernamentales que no ha causado ni siquiera propuesto.
Los generales Sánchez, Uribe y Muruguza que dirigieron el operativo policial
conocido como “Baguazo” , cargaron con toda la responsabilidad del calificado como " el peor operativo policial en la
historia de la PNP” ; cargaron con todos los muertos y asumieron con la responsabilidad
penal y administrativa- disciplinaria, por las leyes de efecto político y
responsabilidad reflejada .
La ley le dice a la Policía Nacional que debe defender el “orden interno”, pero
la lógica o el sentido común nos dice que debe existir otro tipo de orden , tal
vez , una especie de “ orden democrático”, un orden alejado de las balas y las
bombas, un orden dentro de un Estado de Derecho .
Pero , como están las cosas , la policía debe defender el orden según la óptica
del Gobierno de turno y allí está el detalle .
La Policía si sigue defendiendo el orden
interno , según la estructura socio-económica del Gobierno de turno, seguirá
adquiriendo la característica de dicho Gobierno y orientará su accionar en los
escenarios próximos que se avecinan .
Por ello es necesario que los cerebros grises de los policías pensantes
precisen qué tipo de orden interno debe mantener o restablecer la Policía
Nacional. Es un problema para los "policiólogos" que son escasos en la institución y se les busca como aguja en un pajar. Policiólogo es igual a pensador.
Será el orden interno de un Gobierno que evidencia autoritarismo o un orden
interno que vaya más allá y se encuadre dentro de lo que se conoce “orden
interno democrático”.
Si nos ubicamos dentro de un orden interno democrático fluyen preguntas como
:
¿ Por qué tiene que reprimirse con balas y bombas a los hermanos peruanos cuando sabemos que sus reclamos populares tienen sustento?
¿Por qué tiene la policía meterles balas y bombas a los llamados “antisistemas”, con odio de clase , si sabemos que ellos también son parte del pueblo que reclama justicia , trabajo, lucha contra la corrupción?
¿ Por qué tiene que reprimirse con balas y bombas a los hermanos peruanos cuando sabemos que sus reclamos populares tienen sustento?
¿Por qué tiene la policía meterles balas y bombas a los llamados “antisistemas”, con odio de clase , si sabemos que ellos también son parte del pueblo que reclama justicia , trabajo, lucha contra la corrupción?
Metafísicamente , la policía es un órgano de control social , formal y su
objetivo es la protección de la sociedad y los ciudadanos . Indudablemente es
una institución esencial del Estado , encargada de aplicar la ley y mantener el
orden público . Como hecho político está ligada a la concepción misma del
Estado y aparece ligada e identificada con un sistema, situación que hace que
sea penetrada por la ideología del sistema actual , en forma muy radical y por
el Gobierno al que tiene que defender .
Es por ello que se dice que la policía como hecho político, es una institución
siempre de un determinado Estado y adquiere la imagen y semejanza del Gobierno
de turno que dirige el Estado.
Si el Estado es absoluto o totalitario, la policía se convierte en el brazo
represor y confidente del poder soberano.
Si existe Estado de Derecho, la policía tiene la naturaleza de ser transparente y abierta , con la posibilidad de ser sometida a control , tanto por los representantes del Gobierno como los Tribunales de Justicia . Y, frente a la idea de represión se acentúa la idea de represión.
Si existe Estado de Derecho, la policía tiene la naturaleza de ser transparente y abierta , con la posibilidad de ser sometida a control , tanto por los representantes del Gobierno como los Tribunales de Justicia . Y, frente a la idea de represión se acentúa la idea de represión.
De la Constitución Política del Perú ( 1993) se desprende que la policía tiene
como “deber ser” el orden interno , pero en la doctrina policial comparada no
existe el concepto de orden interno , su origen es netamente nacional y surge
de la teorización militar sobre Defensa y Seguridad Nacional ( a las FFAA le
corresponde velar por el orden externo , contrario sensu, a la Policía Nacional
, le compete el orden interno ).
Tradicionalmente, se recurrió al concepto de orden público y modernamente, por
el influjo de las nuevas corrientes criminológicas, al de seguridad ciudadana,
que empieza aparecer en el discurso policial peruano.
La doctrina policial peruana se ha visto obligada a dotar de contenido al
concepto de orden interno realizando un paralelismo entre los conceptos de
orden público, el cual constituye el eje de referencia, pero que al final, la
interpretación de orden interno es inversa a la lógica constitucional donde la
defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de
la sociedad y del Estado .
Cuando los conflictos sociales se
incrementan , el gobierno de turno crea
sus propias fantasmas y trata de justificar el malestar de
la población con la tesis de del complot para derrocarlo , manejado por hilos
extranjeros .
Esta actitud no es extraña porque la historia ha demostrado que los gobiernos y
Estados que fracasan , encuentran en el complot y la amenaza externa los
argumentos para justificar sus yerros.
Cuando
sucedió el tema del “Baguazo” , al nuevo
gabinete ministerial le dio la consigna – nunca escrita- a los generales Sánchez, Uribe y Muruguza que
dirigieron el operativo policial que se
sintetiza en dos palabras: “Orden e Inclusión social”.
Era
lógico deducir de que al Sector Interior y a la
Policía Nacional , le compete mantener el ORDEN ante los nuevos escenarios que
se avecinaban , en que muchos analistas denominan
“ el período preinsurrecional”.
Todos están de acuerdo en que el país se había convertido es una bomba de tiempo al que debía
enfrentarse el próximo gabinete y que
vendría una escalada cada vez más creciente de paros y agitación social con la
finalidad de petardear la frágil democracia peruana .
La efervescencia social no iba a disminuirse en algunas zonas del país , porque la gente se
había cansado , estaba harta de la clase
política y el gobierno se encontraba en un dilema : Garantizar los compromisos
que había firmado a espaldas del país con
grandes empresas petroleras y mineras o escuchar y atender las protestas de los
pueblos amazónicos y andinos.
El incumplimiento de los ofrecimientos del gobierno debilitaba el diálogo social y político , y quebraba la confianza con los interlocutores quien optarán por la violencia.
El incumplimiento de los ofrecimientos del gobierno debilitaba el diálogo social y político , y quebraba la confianza con los interlocutores quien optarán por la violencia.
¿Qué tipo de orden debe defender y mantener la Policía Nacional?
¿Debe ser el orden interno que pretendía
mantener el Gobierno de aquel entonces ?
o
¿ Debe haber algún tipo de nuevo orden que deberá mantener la Policía Nacional para evitar la ley del efecto político o la ley de responsabilidad reflejada ?
¿ Debe haber algún tipo de nuevo orden que deberá mantener la Policía Nacional para evitar la ley del efecto político o la ley de responsabilidad reflejada ?
Si se aplicaba una política represiva en
los dos años que le quedaba al Gobierno aprista , era lógico que terminara con el desprestigio
absoluto y la policía cargaba con el activo y el pasivo , porque , justamente ,
la policía como hecho político , adquiere la naturaleza y el carácter del
Gobierno de turno .
Y si las cabezas del Gobierno ,a al término del mandato, son perseguidos, igual
sucedía con las cabezas de la Policía
Nacional por la ley de efecto político .
Esto explica el hecho de que los Gobiernos de turno , calificados como
autoritarios , echan de mano de la policía cada vez que tienen la intención de
reprimir algo, la convierte en un brazo represor ; por lo tanto, la furia de
las masas se dirigen indistintamente a destruir los símbolos de la opresión y
el autoritarismo , en este caso , las comisarías y los policías mismos, quienes
son perseguidos, apedreados, eliminados .
Cuando la democracia es débil y no existe un Estado de Derecho, la policía se coloca
en medio de dos fuegos.
Por
un lado están los que pretenden adelantar las elecciones en el Perú, agitadores
o azuzadores que cabalgan sobre las protestas sociales, radicalizan plataformas
y métodos de lucha social para provocar una escalada represiva , requieren de
algunos muertos para crear la ficción de que en el país existe un régimen
sangriento con fachada democrática.
La clave es la búsqueda incesante de la
represión y de víctimas , hasta estrangular a las ciudades , creando la
sensación de anarquía y caos.
Por otro lado, un régimen incapaz de contener el desborde social , que ha
fracasado, que no tiene capacidad de autocrítica , que empieza a ver un complot
y amenaza externa , argumentos para justificar sus yerros, sin realizare una
mea culpa o sincera autocrítica, culpan a los otros de los problemas del
gobierno, en vez de atender los reclamos detectados en diversos puntos del
país, no aprenden de sus errores , no se convencen que el diálogo es la única
salida a la crisis , en ningún momento menciona la aguda crisis financiera
internacional , la recesión de la economía peruana , no ven el fracaso de sus
planes y propuestas y su responsabilidad en las movilizaciones, porque , ante
la ausencia de Estado, la población opta por la protesta , comienza ver
conspiradores por todos lados- ahora se les conoce como “antisistemas” que
niegan toda la labor realizada por el gobierno.
En medio de este ambiente de división y odio social, se mueve la policía como
institución o el policía como ser humano , que sigue siendo un bicho raro en la
sociedad; amado y requerido en épocas de crisis ; odiado, marginado, en época
de bonanza y paz.
¿Ojo! Nos referimos al policía de calle, al que es lanzado a reprimir
a los revoltosos o manifestantes – que debe sacrificarse, inmolarse, dar la
vida por el sistema, para defender el orden interno, la paz social .
Así lo entiende, pero cuando es muerto o lesionado, las viudas van de un lugar
a otro pidiendo justicia , que se esclarezca sus muertes, que indemnicen a las
familias, pero son enterrados y después olvidados, porque era su deber
“inmolarse “ por mantener el orden interno del Gobierno de turno . Así de
simple.
En el Baguazo se planteó la tesis de la inmolación y quedó prendida en la
retina de los ciudadanos de que los policías deben inmolarse para mantener el
orden interno , para que otros vivan en paz social .
Esta apreciación de los políticos , hace que muchos policías reflexionen (
porque también tienen algunas células cerebrales) y no se traguen la tesis de
la inmolación que esgrimió Jehude Simon , el mismo que al verlos masacrados,
justificaba estas muertes como “inmolación” y convirtió estos crímenes - se
supone en un Estado de Derecho – como una de las s más bellas artes o que está
bien que los policías sean asesinados porque mantener el orden interno demanda
la inmolación porque si no se destruye la democracia .
Queda la sensación en muchos policías que aún no han sido “ inmortalizados” que
son “cholos baratos”, sacrificables, que no obstante hacer maravillas para
sobrevivir con un magro sueldo que solo les alcanza para la quincena, los convierten en eficaces armas letales,
listos para reprimir las protestas sociales, sin chistar, sin reclamar, porque
si los matan es porque se han sacrificado , inmolados o están defendiendo el
Orden Interno de este sistema a costa de sus vidas.
En el escenario descrito, es importante de que en los centros de capacitación ,
en el INAEP, en los cursos superiores, se vuelva a filosofar sobre el tipo de
orden que debe defender la policía: ¿
orden interno a secas? ¿ orden interno democrático? o algún tipo de orden que
les permita en un futuro no verse envueltos o perjudicados con las leyes de
efecto político o responsabilidad reflejada y seamos testigos de hechos como la
denuncia de 16 policías por los suceso de Bagua , cuando los políticos se lavaron
las manos , dejando a los policías sean sacrificados o inmolados por la “Pinchijusticia”
de nuestro país .
Según
La Ley de la Policía Nacional ( Decreto Legislativo N° 1267 promulgado el 16 de diciembre 2016) y su Reglamento ( Decreto Supremo N° 026-2017-IN publicado el 15 de octubre 2017) entre las funciones básicas de la Escuela
Nacional de Formación Profesional Policial está dirigir
la formación profesional alineada al
cumplimiento de la finalidad fundamental de la Policía Nacional del Perú consistente en la preparación, integración,
actualización, especialización y perfeccionamiento continuo, como parte del
nivel superior del sistema educativo nacional; definir el modelo de formación
profesional policial, y velar por el
desarrollo de la Ciencia Policial; así como, difundir y consolidar la doctrina
que la sustenta como elemento integrador para la pertenencia institucional
a la Policía Nacional del Perú, en el
marco de la Constitución y las leyes;
Lo que faltó precisar y aclarar es que la doctrina y la ciencia policial debe
propender a que la policía respete los derechos humanos, esté subordinada a las
autoridades constitucionales, y brinde un servicio ajeno a toda consideración
política, ideológica o de posición social o cualquier discriminación y que
cuando reciban órdenes de los políticos de turno sepan aclararles que la POLICÍA DEFIENDE EL ORDEN INTERNO DEMOCRÁTICO ;
un orden dentro de un Estado de Derecho en donde se privilegie la razón, el
diálogo, la concertación, antes que la paz de los cementerios o el imperio de
las balas y las bombas .
Febrero 2018
Gerard Ingenieros
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