CONVERSANDO
CON LAS PAREDES (PRIMERA PARTE)
Introducción
Las crónicas “Conversando con las paredes” contiene dos partes.
La primera parte abarca desde la injusta detención de Benedicto Jiménez Bacca,
Coronel PNP en retiro de la PNP, abogado y director del Semanario y la Radio
por Internet, Juez Justo, hasta la resolución judicial de la Primera Sala Penal
de Apelaciones que le revoca la comparecencia restringida y lo envían a una
cárcel de máxima seguridad (Ancón- 1 o “Piedras Gordas” ) sujeto a la medida
coercitiva personal de prisión
preventiva de 18 meses; decisión que toma los tres vocales de la Primera Sala
Penal de Apelaciones, en medio de una fuerte presión política y mediática.
La segunda parte comprende desde su llegada al penal “Piedras Gordas” el 27 de octubre 2014 hasta su excarcelación a mérito de una hábeas corpus y la sustitución
de la prisión preventiva por la de arresto domiciliario que lo mantiene como
paciente-depositado en el Hospital de
Policía.
Actualmente, Benedicto Jiménez, espera a que la fiscalía de
lavado de activos termine su investigación preparatoria que ya lleva más de
tres años.
Se le investiga por ser una especie de “criminal de la información” porque, según los fiscales, utilizaba
un semanario y una radio por internet para intimidar, amedrentar o asustar a “correctos”
funcionarios públicos y políticos.
Sobre el delito de lavado de activos a través de le empresa
Juez Justo TV SAC, aún la fiscalía sigue buscando la ruta del dinero, esperan encontrarla
algún día porque según ellos todos son culpables, no existen inocentes en esta
tierra y solo basta encontrar algún indicios razonable.
A la fiscalía no les bastó tres años para investigarlo, no
obstante que en octubre 2016 , dos peritos contables de la fiscalía evacuaron
su informe en el sentido que Jiménez no presentaba desbalance patrimonial ,
pero la fiscalía quiere demostrar que el director de Juez Justo es , sí o sí, culpable de algo porque de lo contario el
castillo de arena que construyeron con su detención el primero de julio 2104 ,
con tanto bombo y platillo, se les cae a
pedazos .
Capítulo 1: El fiscal de la Nación en
su laberinto
Era la última semana
de junio del 2014, el Fiscal de la Nación, Carlos Ramos Heredia, apenas tenía un mes de nombrado y ya sentía
que pisaba arena movediza . Le esperaba una larga y agotadora jornada como todos los días.
Para el abogado y fiscal supremo, considerado uno de los hombres más
poderosos del país, no obstante que su oficina contaba con aire acondicionado
para mantenerla atemperada , sentía en los huesos ese frío limeño que se mete por las
ropas cogido de esa terrible humedad que hace sentirse como si estuviese en el fondo del mar
.
Pero el frío era
soportable pero no la creciente inquietud que lo dominaba.
Trataba de consolarse pensando que era una situación normal
cuando se está en la cima del poder en donde existen muchos vientos huracanados.
De eso era consciente y sabía muy bien que el hombre público
se convierte en propiedad : le buscan todo,
antecedentes, familia, mancadas amores; todo, no se tiene vida privada.
Eso lo sabía bien, se lo habían advertido. Pero el poder es
una droga que embriaga y obnubila y cuando la tienes no la quieres soltar.
El poder- repetía muy quedo.
Dentro de la ambición innata de los seres humanos, muchos
fiscales supremos aspiran ser lo máximo, Fiscal de la Nación, es como los
coroneles de la policía que desean frenéticamente ser generales. Llegar a la
cima del poder es sentirse dueño y amo del mundo, es sentarse en el trono del cielo, es disponer de la vida y
destino de muchos seres que dependen de
ti y te rinden pleitesía; es sentir la admiración y respeto de todos los que
están debajo .
Pero también, es despertar el recelo y envidia de aquellos
que también quieren llegar a la cima como el fiscal supremo que le pisaba los
talones, Pablo Sánchez Velarde.
Salió del ascensor, custodiado por dos agentes de seguridad,
lo recibió su secretario y se encaminó hacia su oficina ubicada en el décimo
piso del edificio conocido como Ministerio Público.
Se sentó. Colocó sus pies en una pequeña base de madera para
evitar que cuelguen ya que su estatura no era muy alta , apenas frisaba el metro y sesenta centímetros.
Observó que su largo escritorio esta atiborrado de carpetas
fiscales, diarios y revistas del día y un folder que contenía los recortes los
recortes periodísticos que comentaban sobre él, nada positivo, por cierto. En
la esquina, una libreta de notas en donde estaba la agenda del día. Empezó a
leerla para saber qué le esperaba ese día . Estaba anotado y resaltado en
amarillo la cita con una fiscal para las once de la mañana.
Un mes de nombrado y sentía que la prensa “piraña” le tenía cogido de la yugular. No pasaba un día
que criticaran o cuestionaran su nombramiento y sacaran a relucir su pasado y
su vínculo familiar con la Primera Dama de la Nación, Nadine Heredia.
Le daban vueltas al tema de la famosa “La Centralita” .
Criticaban el hecho de haberle solicitado
al Fiscal de la Nación , José Antonio Peláez Bardales( a quien
reemplazó) que investigue y denuncie penalmente por el presunto delito de abuso de
autoridad a los fiscales anticorrupción del distrito fiscal del Santa que
allanaron un local en donde se presume se realizaba acciones de interceptación
telefónica.
La prensa también difundía hasta el cansancio un audio de abril del 2010 en donde Alberto Quimper, entonces abogado de Alan
Azizolahoff, propietario de la discoteca Utopía, afirmaba que él era su fiscal
, su contacto y enlace al interior del Ministerio Público de
los acusados para frenar el desarrollo de este sonado caso.
Pero, a pesar de los cuestionamientos, las críticas y
denuncias, lo cierto es que ahora era el Fiscal de la Nación y eso era lo que
importaba. Ahora, tenía la urgente tarea de consolidar su cargo porque estado
parado en arena movediza y sabía que el reto no solo es alcanzar el poder sino mantenerlo . Recordó
que eso lo había leído en el manual de Nicolás Maquiavelo.
¿Quién no tiene cuestionamientos en este país? - Pensaba, dando vueltas alrededor de su
escritorio, cogiéndose la barbilla.
La prensa publicó también, antes de su nombramiento, que en
enero de 1996 fue nombrado por la
cuestionada Blanca Nélida Colán, con Resolución de la Fiscalía de la Nación No.
046-96-MP-FN como Fiscal Superior Titular de Lima a cargo
de la Primera Fiscalía Superior Mixta del Cono Norte, convirtiéndose así en el fiscal decano de Lima
Norte y mano derecha de la cuestionada magistrada en los años 90.
Pero todo eso era
historia pasada. De eso había corrido mucha agua en el río Rímac y es tendencia
en nuestro país que las cosas se olvidan
rápido porque siempre tenemos novedades,
casos nuevos, nadie se aburre acá.
Ahora era el fiscal
de la nación y tenía muchas cosas que pensar en mente, sin descuidar
prensa “carroñera” que cuando se te prende de la yugular, no te deja.
Lo último que habían sacado la prensa era su vínculo
familiar con la primera dama de la
nación, Nadine Heredia. Eso era cierto . Y, ¿Qué?
Nunca le pidió nada a nadie. Se consideraba un hombre capaz,
inteligente, experimentado, moral, bien intencionado – se reconfortaba
interiormente.
El fiscal era un hombre bajo, fornido, de mediana contextura
tirando para obeso, perfectamente afeitado, frisaba los cincuenta y cinco años
, elegantemente vestido, de caminar y hablar pausado, pelo lacio y tez
trigueña.
Daba vueltas y vueltas alrededor de su elegante escritorio,
pensando, cavilando, buscando como cómo capear el temporal.
Debía encontrar un caso emblemático, eso que le gusta a la prensa,
que los alimenta y de paso para él, sería una “cortina de humo”, para que lo
dejen tranquilo un buen tiempo. Tiempo es lo que se necesita para sobrevivir en
las alturas del poder.
En las últimas semanas, la prensa no lo soltaba y su nombre
era motivo de diarias notas periodísticas. Repetían y volvían a repetir que era
primo de la Primera Dama de la Nación,
que su nombramiento era de favor, que nunca iba a irse contra los intereses del
gobierno, etcétera, etcétera, etcétera.
Estaba todos los días
en el ojo de la tormenta y eso lo estresaba.
Tenía que encontrar urgente una salida a su laberinto. Algún caso emblemático, mediático, eso que le
gusta a la gente, para distraer la atención de la fiera mediática que cuando
hinca sus fauces en la yugular, no te suelta hasta conseguir su objetivo.
Su puesto peligraba.
Se había esforzado tanto y no era justo que, en menos de seis meses,
deje este cargo apetecible por los fiscales supremos.
Sospechaba que detrás de todo esto estaba el que le seguía
en antigüedad.
Eso era de esperarse
porque en las alturas del poder siempre habrá alguien que espera tu caída y
trama en las sombras cómo hacerte caer.
Estaba convencido de que, si no actuaba rápido, era su fin.
De vez en cuando se acercaba a la ventana para mirar el mar
humano de gente de todas las edades y vehículos de todos los colores y marcas,
iban y venían por la céntrica Avenida Abancay cuyos aires estaba contaminado
hasta decir basta.
Una fina garúa humedecía la transitada y siempre repleta de
gente la Avenida Abancay, cuadra quinta, en donde quedaba el edificio central
del Ministerio Público.
Desde arriba, el décimo piso, miraba triunfante que el fluir
incesante de la vida urbana , en un continuo y frenético ritmo: comerciantes,
autos y ómnibuses que pasan raudos, intoxicando el aire con anhídrido carbónico
y gente, más gente , que caminan hacia donde no se sabe.
Estaba en una elegante oficina donde podrían trabajar cinco
fiscales con cierta comodidad, pero eran gajes del oficio, para eso era el
poder máximo en el Ministerio Público y había luchado tanto para conseguirlo,
ahora veía que todo podía irse al tacho si no actuaba rápido.
En la antesala esperaba hacía una hora una novata fiscal que
la había mandado citar para conversar.
Recién había ingresado al Ministerio Público. Se la habían recomendado
porque la consideraban una mujer
valiente, un todoterreno, con los ovarios bien puestos. No era muy inteligente,
pero eso no importaba para la tarea que
tenía en mente ; defecto que se supera
con trabajo y tesón. Y, sobre todo, lealtad.
Era la pieza de ajedrez que necesitaba para hacer su jugada
maestra, una movida estratégica que debía ejecutarse en esa misma semana ya que
había observado que en el escenario
político había una “serpiente del mal”, la persona ideal para
descuartizarla y entregarla a los leones, un abogado empresario llamado Rodolfo
Orellana cuyo nombre era repetido a diario por la periodista Milagros Leyva en
su programa dominical como uno de los traficantes de terrenos más grande de
todos los tiempos.
Esa era la “cortina de humo” perfecta para sus fines, para
distraer a la fiera mediática que lo tenía cogido del cogote.
Cada día salía más y más críticas a su gestión y esa era la
solución, golpear al abogado –empresario para distraer la atención pública.
La mujer que debía llevar a cabo esta tarea estaba hecha a
la medida, buscaba ser famosa, apenas tenía cuatros años en la fiscalía y se destacaba por ser enrazada,
pero sobre todo leal ( más tarde se daría cuenta que había errado en eso de
lealtad porque en una entrevista que dio
a la prensa , después de ser destituido
del cargo de Fiscal de Nación, dejó entrever que había sido traicionado).
Su última frase solo fue para los entendidos porque no dijo
nombre alguno.
Al Consejo Nacional de la Magistratura le llegó el dato de su
hijo, un joven abogado, visitaba las oficinas de Rodolfo Orellana y que él había
tenido contactos con ese
empresario-abogado. Este rumor se utilizó para separarlo del máximo cargo en el
Ministerio Público y , hoy , de manera incansable busca su retorno.
La oposición y las ONGs pedían su renuncia, tenía cuatro
investigaciones en el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), dos ex
trabajadoras de Orellana que se sometieron a la ley de colaboración – a quienes
después denunciarían por falsedad genérica - decían
que lo habían visto en la oficina de Orellana repartiendo
canastas navideñas.
Él gritó a los cuatros
vientos que eso era mentira, que buscaban que tumbarlo, que las declaraciones
de los colaboradores o testigos en el Caso Orellana era interesado. Muy tarde
se dio cuenta que había sido traicionado.
Ramos, el primo de Nadine Heredia , la Primera Dama de la Nación finalmente
se fue a fines de diciembre 2014 con
estas últimas palabras : “ lo he hecho
mejor que mucha gente en el cargo “.
La novata fiscal reemplazaría a un fiscal provincial que
estaba a cargo de la Segunda Fiscalía Supraprovincial Corporativa Especializada en Lavado de Activos y Pérdida
de Dominio que había dispuesto prorrogar
la investigación contra Orellana por
unos meses más, según el Fiscal de la Nación, dilatando el golpe contra el abogado –empresario .
Tal como estaba planificado, solo le bastó una semana para
dar el golpe maestro; una semana para allanar el llamado “Bunker” y destruir un medio de comunicación como era
Juez Justo , enviando a prisión a su
director, Benedicto Jiménez.
El 30 de junio 2014, Marco
Aurelio Tejada Ruiz , Juez de Investigación Preliminar, ante el requerimiento de la fiscal Marita
Barreto , nombrada para hacerse cargo de la operación contra Rodolfo Orellana, emitió
una resolución autoritativa , concediéndole el requerimiento para allanar , incautar y detener a todas las
personas que se encontraría en el interior del inmueble ubicado en la Avenida
Guardia Civil N° 835-Urbanización Corpac, San Isidro , inmueble que se hizo famoso porque pasó a
ser llamado por la prensa y la fiscalía
como el Bunker de la organización criminal
“Clan Orellana”.
Era el golpe maestro
que iba a salvar al Fiscal de la Nación , Carlos Ramos Heredia; de paso
destruir todo lo que representaba esa empresa de comunicaciones llamada “Juez
Justo” que publicaba un semanario que le quitaba el sueño a honrados y
correctos políticos , que funcionaba en todo el tercer piso de la Avenida Guardia
Civil 835- Corpac, San Isidro, donde también
funcionaba la radio por internet “Juez Justo” que salía todos los días entre
las una a dos de la tarde ; además de una oficina de reparto y venta del
semanario que se vendía a un sol en los quioscos de la capital .
En el mismo tercer piso, también funcionaba una oficina legal
en donde estaban archivados todos los documentos (expedientes, quejas,
denuncias) que eran parte del acervo documentario que llevaba Jiménez como abogado
y director del semanario; querellas que son normales cuando uno dirige un medio
de comunicación .
La resolución autoritativa del juez Tejada se concedía con
fines de detención, allanamiento, registro e incautación de inmuebles, bienes,
documentos, libros contables, equipos informáticos, dispositivos y todo aquello
que tengan vinculación con el delito de lavado de activos (no mencionaba ningún
otro tipo de delitos ni figura agravada).
La orden judicial no pudo mantenerse en secreto, como sucede
siempre en este país cuando de por medio existe capturas y allanamiento en
casos emblemáticos o mediáticos y el primero de julio, en horas de la tarde, se
sabía con antelación que la fiscalía y la policía iba allanar el inmueble de
Guardia Civil 835, saliendo publicado en
algunos medios de prensa la lista de los que iban a ser privados de su libertad, entre los que estaba el nombre de Benedicto
Jiménez .
El día fatal que cambió la vida del Cazador de Abimael Guzmán,
Jiménez se encontraba dando los últimos toques para la distribución del
Semanario N° 49 (el último que editó Juez Justo) que tenía como título en la
portada” Juicio Político”.
Estaba en la oficina cuando recibió la noticia que estaba
próximo a ser detenido. Así que tomó las cosas con calma. No había nada más que hacer, solo esperar. No se le cruzaba
por la mente que a un director de un semanario y radio por Internet podía ser
apresado, pero fue un cálculo errado, en este país cuando quieren destruirte, te
destruyen.
El motivo o pretexto lo encuentran en la ley que sirve para
todos los intereses, hasta los más bajos y ruines.
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