martes, 29 de agosto de 2017

CONVERSANDO CON LAS PAREDES CRONICAS CAPITULO 2 LA DESTRUCCIÓN DE JUEZ JUSTO

 


CONVERSANDO CON LAS PAREDES (PRIMERA PARTE)



Introducción

Las crónicas “Conversando con las paredes” contiene dos partes.

La primera parte abarca desde la  injusta detención de Benedicto Jiménez Bacca, Coronel PNP en retiro de la PNP, abogado y director del Semanario y la Radio por Internet, Juez Justo, hasta la resolución judicial de la Primera Sala Penal de Apelaciones que le revoca la comparecencia restringida y lo envían a una cárcel de máxima seguridad (Ancón- 1 o “Piedras Gordas” ) sujeto a la medida coercitiva personal de  prisión preventiva de 18 meses; decisión que toma los tres vocales de la Primera Sala Penal de Apelaciones, en medio de una fuerte  presión política y mediática.

La segunda parte comprende desde su llegada al penal  “Piedras Gordas” el 27 de octubre 2014  hasta su excarcelación a  mérito de una hábeas corpus y la sustitución de la prisión preventiva por la de arresto domiciliario que lo mantiene como paciente-depositado en el  Hospital de Policía.

Actualmente, Benedicto Jiménez, espera a que la fiscalía de lavado de activos termine su investigación preparatoria que ya lleva más de tres años.

Se le investiga por ser una especie de “criminal de la información” porque, según los fiscales, utilizaba un semanario y una radio por internet para intimidar, amedrentar o asustar a “correctos” funcionarios públicos y políticos.

Sobre el delito de lavado de activos a través de le empresa Juez Justo TV SAC, aún la fiscalía sigue buscando la ruta del dinero, esperan encontrarla algún día porque según ellos todos son culpables, no existen inocentes en esta tierra y solo basta encontrar algún indicios razonable.

A la fiscalía no les bastó tres años para investigarlo, no obstante que en octubre 2016 , dos peritos contables de la fiscalía evacuaron su informe en el sentido que Jiménez no presentaba desbalance patrimonial , pero la fiscalía quiere demostrar que el director de Juez Justo es ,  sí o sí,  culpable de algo porque de lo contario el castillo de arena que construyeron con su detención el primero de julio 2104 , con tanto bombo y platillo, se les cae  a pedazos .

Capítulo 2: La destrucción de Juez Justo   

Era las seis de la tarde y la noticia del allanamiento al llamado por la fiscalía “Bunker de Orellana” corría como reguero de pólvora.

Los medios difundían la noticia de que se había dispuesto la captura de varios abogados del  “Clan Orellana” , entre ellos , estaba Benedicto Jiménez el director del Semanario Juez Justo y  la Radio Por Internet del mismo nombre.

Por esos días, la empresa Juez Justo TV SAC, de la cual Jiménez era Gerente General desde el 17 de febrero 2011,  editaba y publicaba un semanario que se vendía a un sol en los quioscos de la capital y contaba con una  radio por internet del mismo nombre que salía desde el llamado “Bunker “ de lunes a viernes , entre las una y dos de la tarde; todo se editaba y publicaba desde el tercer piso del inmueble ubicado en la Avenida Guardia Civil 835, Corpac, San Isidro .

La prensa que encontró carnecita en esta noticia se encargó de ponerle la cereza a la torta, decían que Jiménez era el número dos de una organización criminal, el brazo derecho de Orellana, era su “Fuerza de Choque”, el segundo en la jerarquía del “Clan Orellana” .

Imagen: Carátula del semanario Juez Justo que empezaron a publicarse desde el año 2013.


Repetían y,  volvían a repetir  , que era parte de la organización criminal o del crimen organizado. Pocos entienden el verdadero significado de “crimen organizado”, pero se ha puesto de moda este término, diría se ha “socializado” y suena bien . Se utiliza mucho cuando quieres enviar alguien a la cárcel con prisión preventiva.

Bien dicen que para meter a una persona a la cárcel necesitas: un testigo protegido, un colaborador, un periodista “mermelero” y colocarle la etiqueta de “crimen organizado”.

Estos conceptos ( crimen organizado, organización criminal, clanes, mafias , etc.) se utilizan de modo inflacionista y expansivo en la literatura y también en los medios de comunicación . Son  polisémicos , coloquiales, y de tanto mencionarlos sus   contornos se difuminan con cualquier asociación criminal o banda  que le hace perder o distorsionar su significado actual , tal es así que no siempre representa las características del fenómeno delictivo que  representa o pretende describir , pero lo concreto y real, es que si te endilgan esta etiqueta ( organización criminal ),  te hacen la vida a cuadritos y  te desgracian la vida . De eso puede contarlo Jiménez porque lo ha vivido en carne propia.

Si eres tildado de ser integrante de una organización criminal, es seguro que te espera una larga estadía en la cárcel , unos 18 o 36 meses de prisión preventiva ; y unos 36 o 72 meses ( seis años ) de investigación preparatoria , porque según los fiscales( ahora , gracias al nuevo código procesal penal con un triple rol de fiscales- investigadores- acusadores)  eres un sujeto peligroso, estás comprendido en una investigación compleja, existe una prognosis de pena mayor de cuatro años y el crimen organizado es uno de los delitos más graves en el país , por lo tanto, todo está justificado . Y, si los fiscales dices que eres culpable, así seas inocente, algo te van a encontrar en los tres años de investigación preparatoria que les piden a los jueces de garantías que siempre son magnánimos y complacientes con los requerimientos fiscales .

Además, la vía crucis no termina ahí porque  si eres comprendido en una organización criminal cuando llegas al infierno de los penales, a esos “morideros humanos”,  en el momento de la clasificación por una junta de clasificación penitenciaria que funciona en el sótano del Palacio de Justicia, esta “etiqueta” se toma en cuenta y terminas como reo de difícil readaptación – así nunca hayas pisado cárcel – en un penal de máxima seguridad ( Piedras Gordas es el destino de aquellos que le colocaron la etiqueta de crimen organizado).

Pero , volvamos a los momentos de la detención de Jiménez.

Al día siguiente ( 2 de julio 2014),  la prensa se las ingenia para armar un organigrama de la supuesta organización criminal denominada “Clan Orellana” y colocaron en él, una de sus fotos de Jiménez que no le hacía ningún favor, al costado del llamado líder del Clan, el  abogado y empresario, Rodolfo Orellana , que había pasado a ser , desde ese momento , en la  encarnación del mal de la  sociedad peruana o la serpiente del mal.

Cuando fue detenido por cuatro policías vestidos de paisano, Jiménez se aprestaba a retirarse del local  donde funcionaba el semanario Juez Justo y en momentos que volteaba la esquina derecha , dos vehículos lo cercaron y lo obligan a  regresar para esperar sentado en un vehículo la llegada de los fiscales mientras ya un grupo de periodistas , que merodeaban por el lugar , avisados del allanamiento, se acercaron al vehículo donde estaba inmovilizado para tomar fotografías , pugnando por obtener la primicia con las primeras palabras que diga el detenido .

En el momento de su detención, los cuatro policías, en todo momento se disculpaban con el coronel de la policía en situación de retiro repitiéndole: “Disculpe usted, coronel, pero es nuestro trabajo “.

Jiménez permaneció engrilletado e inmovilizado en el interior de un vehículo, hasta que empezó el protocolo o las formalidades. Seguían llegando más y más periodistas, se acercaban al vehículo en donde estaba sentado en la parte de atrás del automóvil, custodiados por dos policías, metían el micro, acercaban sus cámaras para captar el mejor ángulo, querían obtener respuestas a las preguntas que disparaban .

-       ¿Se siente culpable? ¿Tiene algo que decir? ¿Es cierto que la revista intimidaba?- preguntaban los periodistas.

Los periodistas revoloteaban como moscas alrededor de la rica miel. Volvían a meter las cámaras fotográficas por una ventana semiabierta, sus cámaras filmadoras, micros, tratando de grabar algunas palabras que exprese el detenido quien permanecía callado.

Era la noticia del día y no querían perdérsela. No sabían de qué organización criminal se trataba, ni de qué se me acusaba, pero había sido detenido y para ello eso les bastaba.

Así empezó la Vía Crucis de Benedicto Jiménez, el otrora “Cazador de Abimael Guzmán”.

Cuando permanecía sentado en la parte de atrás del vehículo estacionado frente a la puerta de ingreso del “Bunker” , custodiado  por dos policías ( los grilletes estaban cubierto con una camiseta para disimularlos ), se le acercó una  mujer de unos cuarenta y cinco años, delgada, rostro sudoroso, presentándose como fiscal de lavado de activos y le muestra una copia de la resolución judicial de allanamiento firmada por el juez Marco Antonio Aurelio  Tejada Ortiz . Con ese acto empezaba  el formalismo de su detención..

Cogió la resolución judicial y empezó a leerla, efectivamente, aparecía la autorización judicial para el descerraje, allanamiento, registro e incautación - con fines de detención-  a requerimiento de la fiscal Marita Barreto, quien hacía una semana se había hecho cargo de la Segunda Fiscalía Supraprovincial Especializada de Lavado de Activos y Pérdida de Dominio- Despacho B, por mandato del mismísimo Fiscal de la Nación, Carlos Ramos Heredia, el llamado primo de la Primera Dama de la Nación, Nadie Heredia.

A esta fiscal,  le bastó una semana para planificar y golpear el llamado “Bunker de Orellana” . Es por eso que se notaba en las diligencias que realizaban , improvisación, desorden e  impericia;  además que cometieron gruesos errores en el procedimiento de allanamiento ,  registro e incautación, que más tarde le pasarían factura cuando tengan que demostrar que la prueba se recogió con las debidas garantías de un debido proceso , respetando los derechos fundamentales de los intervenidos.

En realidad los fiscales y los jueces involucrados en esta decisión y el allanamiento del llamado “Bunker de Orellana” violaron todos los procedimientos operativos, el debido proceso, no respetaron los derechos y garantías mínimas en el momento de levantar las actas de incautación , menos observaron lo que se conoce como "cadena de custodia".

Pero todo ello es perdonable, lo que no tiene nombre es que ese día (1 de julio 2014) quedará fijado en la memoria colectiva como el día en que se destruye un medio de comunicación cometiéndose uno de los más grandes crímenes contra la  libertad de expresión e información.

A la novel fiscal que dirigía el operativo se le notaba nerviosa pero también eufórica, feliz, complacida;   era su  oportunidad que esperaba para hacerse famosa y consolidarse en su función , dado que apenas tenía no más de  cuatro años en el Ministerio Público y este caso era para ella como una bendición . Para empezar, había detenido a un coronel de la Policía Nacional, abogado , considerado un héroe de la pacificación nacional. En esos momentos tenía en sus manos un "trofeo de guerra" y quería sacarle el máximo provecho.

Nunca se olvidará Jiménez de ese día fatal porque no  solo le privaba de su libertad -  algo tan preciado como la vida misma-, sino que a partir de ese trágico día, pasó a ser considerado un  peligroso criminal de la información  debido a que, según la hipótesis incriminatoria de los fiscales que lo vienen investigando más de  tres años , utilizó el semanario y la radio por internet para insultar, difamar, intimidar, coaccionar, amedrentar, etc., a una  larga lista de funcionarios públicos, conspicuos y correctos políticos, magistrados , fiscales, etc. 

A Juez Justo le achacaban un triste  privilegio que ni siquiera El Nuevo Diario, vocero senderista , la tuvo en sus mejores momentos cuando llegó a editar unas 30  mil ediciones cada quince días entre los años 1985 a 1990.

El semanario Juez Justo apenas editó unos 3 mil ejemplares y con esta cantidad no podemos pensar que podían causar zozobra y terror a una población que bordea los nueve millones de peruanos en la capital.
Los hechos de demolición contra el semanario y la radio por internet Juez Justo empezó a la siete y media de la noche cuando los fiscales se abocaron a la tarea de registrar e incautar todo lo que hacía funcionar a dicha empresa de comunicaciones.

Al  mejor estilo de las huestes del bárbaro Atila, arrasaron con Juez Justo, allanaron su local, incautaron todo lo que tenían para hacerlo funcionar: micros, computadoras, archivos de las ediciones anteriores, revistas, semanarios, etc.  

Incluso , fueron más allá de la resolución autoritativa del juez o la finalidad específica del allanamiento ( incautar bienes vinculados al delito de lavado de activos o lo que se conoce como objeto de acción del delito de lavado de activos o bienes que se han adquirido con dinero de origen ilícito , lo efectos o ganancias o los bienes que se relacionan o pueden servir para su comprobación del delito de lavado de activos), incautaron hasta el  acervo documentario que tenía como abogado  que consistía en  denuncias , querellas y  quejas ante el órgano de control interno del Poder Judicial.  Toda esta documentación pasó a  ser considerada como " cuerpo del delito de lavado de activos".

Esto es señal de que no  ejecutaron la incautación de  manera razonada y proporcional  ni tomaron en cuenta  la finalidad específica de la resolución judicial autoritativa que disponía la incautación  solo de objetos de acción del delito de lavado de activos, o sea, dinero  en efectivo , efectos o productos adquiridos con este dinero , bienes comprados , o piezas de ejecución , medios , huellas , vestigios materiales ( lo que se conoce como cuerpo del delito de lavado de activos)

Las querellas, denuncias penales y quejas ante el órgano de control interno constituye  libre ejercicio de la profesión como abogado de Jiménez , amparado en eso que se conoce como “ tutela judicial efectiva” ( ejercitar la acción penal ) y el  derecho de defensa y contradicción ; por lo tanto,  no eran bienes que se relacionaban o que eran  necesarios para el esclarecimiento del delito de lavado de activos .  Pero en fin, los fiscales tenían la última palabra en tema de recojo de evidencias y si podían cargar con el  perro que  cuidaba el local ,  se lo llevaban porque podía ser un testigo presencial de primera.

Toda la  documentación , parte del acervo documentario que como abogado tenía Jiménez, fue colocada en enormes  cajas de cartón  para su posterior deslacrado y visualización, de manera apiñada, con simples notas pegadas a las cajas en donde se leía “documentos de interés para  su posterior lectura “, destrozando la cadena de custodia.

Después de tres años, siguen con las diligencias de deslacrado, visualización y transcripción que aún no culminan. Tal vez, a este paso, van a requerir unos diez o veinte años para culminar con esta tarea que denominan "visualización y deslacrado".

Tal mal hicieron la incautación que existe querellas por difamación agravada , a favor y en contra,  entre lo incautado,  vulnerándose la garantía de la cadena de custodia porque se hizo el acta sin señalar la exactitud e individualizar lo que se encontró.

Como el feroz Atila que todo lo destruía a su paso, no quedó nada de lo que un día fue un medio de comunicación que pretendía luchar contra la injusticia y el abuso del poder en nuestro país y se había ganado un público adepto, principalmente, entre los sectores de abogados, magistrados, fiscales, litigantes, etc. 

Hoy solo queda de los programas y ediciones de Juez Justo, solitarias publicaciones colocadas en la web que se resisten a desaparecer.

https://www.youtube.com/watch?v=hcJwx9nJcig

Fue un día aciago para un medio de expresión que comprendía programas en televisión, revista , semanario y radio por internet, algo nuevo y creativo en nuestro medio cuyo objetivo era luchar contra la injusticia y el abuso del poder y la autoridad.


Además de la destrucción del semanario, la fiscal Marita Barreto con su grupo de fiscales y policías procedió a ejecutar la orden de allanamiento, incautando todo el equipo técnico que hacía funcionar la radio por Internet Juez Justo que se trasmitía todos los días entre la una y dos de la tarde por Internet, la computadora, los micros, la consola, los DVDs, las sillas, mesas, etc.  Todo quedó clausurado, suspendida la venta de los semanarios, suspendida la venta de la última edición del semanario y destrozado todo el órgano de expresión causandole un tremendo daño a la libertad de prensa y expresión porque la empresa Juez Justo funcionaba de manera legítima, estaba reconocida como tal, pagaba sus impuestos, hacía sus declaraciones anuales y todas sus publicaciones, además de venderlas, se publicaban en Internet , tal como se puede verificar en la actualidad .

La doctora Amalia Vega Mamani suplió en su ausencia a la fiscal Marita Barreto durante el levantamiento de las   actas de registro personal, las declaraciones y otros actos de investigación. Esta fiscal, pausada en sus movimientos, hacía tremendos esfuerzos por aparecer amable, educada, pero no podía contener cierto atisbo de dureza.

Gran parte de la culpa de la destrucción de  Juez Justo la tuvo el Juez Marco Aurelio Tejada Ortiz, quien aprobó el requerimiento fiscal sin mayores indagaciones sobre el  lugar dónde iban a golpear . Este magistrado ni sabía que en el inmueble sito en Guardia Civil 835, Corpac, San Isidro , solo funcionaba un medio de comunicación.

La razón para destruir el medio de comunicación, según la fiscalía, es que Juez Justo se había convertido en un aparato de amedrentamiento, que infundía temor en la población y que atacaba a funcionarios públicos , personalidades, magistrados, políticos,  causándole terror y daños psicológicos, quitándoles el sueño y causándoles un terrible daño a su honor , entre ellos,  un correcto  congresista que se erige como el adalid de la moral y la  ética pública ; bandera de lucha que le ha permitido darse como cuatro vueltas en el congreso y según se prevé, quiere morir como congresista.

El día del descerraje , allanamiento e incautación del lugar donde funcionaba la empresa Juez Justo TV SAC,  lo más increíble y que rompe toda lógica operativa, fue que  estando detenido Jiménez,  no se le permite participar en el registro domiciliario en su condición de gerente y  representante legal de la empresa de comunicaciones, vulnerándose  garantías procesales y constitucionales; omisión que ni un agente imberbe en  investigación criminal lo comete, tal es así que solo en el acta de incautación de las especies y documentación de Juez Justo aparece la firma de los fiscales y la policía .

Este  detalle puede tener un alto costo en el momento de  demostrar su culpabilidad  en el juicio oral porque es en este nivel que se construyen las pruebas y la investigación fiscal solo son meros actos de investigación, nada más.

Nunca hubo nada oculto ni nada que esconder en Juez Justo como medio de comunicación, como ha querido demostrar la fiscalía en los tres años de investigación que tiene el Caso Juez Justo.

Esta empresa en el momento de su destrucción, tenía cuatro años de creada, varios gerentes y directores de la revista habían pasado por él, como los periodistas Miguel Ángel Pérez Maldonado y César Hildebrand Chávez y cuando fue allanada, venía publicando y vendiendo el semanario Juez Justo  y contaba con una  radio por internet que salía todos los días de una a dos de la tarde ; medio que fue creado con el objeto de luchar contra la injusticia y el abuso del poder.

Nunca hubo indicios probados ni elementos de convicción para ordenar el allanamiento, la suspensión, clausura y destrucción total de Juez Justo como medio de comunicación y para la detención del director del semanario y la radio por Internet del mismo nombre.



La destrucción de este órgano de expresión y la detención de su director, Benedicto Jiménez, pasará a los anales históricos y judiciales  como ejemplo de órdenes judiciales irrazonables y desproporcionadas, no necesarias y adecuadas debido que para investigar un medio de comunicación no había necesidad de destruirlo e incautarle todos sus equipos técnicos, borrarlo del mapa, con la intención de acallarlo para siempre. 

Lo que se cometió es simplemente un  crimen contra un órgano de expresión. 

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