jueves, 19 de octubre de 2017

“ YO NO ENCUENTRO NINGÚN MOTIVO PARA CONDENAR A ESTE HOMBRE ”( JUAN, 18:38, JUAN 19: 6)


Siempre es bueno revisar la Biblia para encontrar explicación a sucesos actuales porque es un libro de sabiduría .


Pilatos, después de interrogar a Jesús para saber por qué era perseguido y qué delito encontraba en él , se dirige a una muchedumbre ávida de sangre y les dijo intrigado : “ No encuentro motivo alguno para condenar a este hombre “

El gentío , azuzado por sacerdotes judíos que no le perdonan a Jesús que se declare Rey de los Judíos, respondieron a gritos : “ ¡ Crucifícalo!”.

Entonces, Pilatos,  optó por entregárselo a aquellos que pedían su muerte y se lavó las manos .
Los tiempos no han cambiado nada .

Hay muchas personas que siendo inocentes o siendo personas justas, están ya condenadas de antemano , son culpables antes de cualquier acusación , proceso o sentencia ; incluso, están presos en cárceles de máxima seguridad, sobreviviendo como sentenciados con esa aberración jurídica que es la prisión preventiva de diciocho o treinta y seis meses , mientras la fiscalía prueba tu responsabilidad y se toma todo el tiempo del mundo porque según ellos, todos los seres humanos son culpables de algo y solo basta encontrar algún indicio , así les demande tres año o seis años de investigación preparatoria porque la mayoría de los procesados  no son condenados sino que están presos por las dudas .  ..


Lo único que ha cambiado es que hoy no son los judíos los que claman sangre o que crucifiquen a esos desventurados o eliminar a los incorregible , es la  fiera mediática que siempre está  ávida de sangre y no se sacia fácilmente hasta ver al incriminado en una cárcel de máxima seguridad , mientras ella se encarga de investigar, procesar, hasta refiere los años que purgaría condena el imputado , apoyándose en algunos gurúes del derecho penal quienes les dan las cifras de años que estarían presos ; al final, la fiera mediática deja migajas para los timoratos jueces que deben procesarte quienes  arrojan al  inculpado a las fauces de la fiera mediática,  lavándose las manos como Pilatos y repitiendo en sus consciencias, si es que tienen, frases parecidas a las que intrigaban a   Pilatos : “ ¡ No encuentro motivo para condenar a este hombre”.  

Pero al final debo hacerlo si quiero conservar mi puesto y estar exento de ataques mediáticos .

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