Reflexiones de un abogado en el Día del Abogado (2
de abril)
En la profesión de abogado existe mucha paja
y poco trigo. Puede ser la más excelsa de las profesiones; pero a la vez, como
el periodismo, el más vil de los oficios.
Existen hombres visionarios
cuyas frases nunca pierden vigencia. Uno de ellos es el Librepensador, Manuel
Gonzáles Prada, quien en sus discursos fustigó la profesión de abogados con
duros adjetivos. Estamos hablando de los primeros años del siglo XX y sus
palabras en la actualidad cobran vigencia.
Manuel Gonzáles Prada decía que nadie vive tan expuesto a la deformación
profesional como el abogado. ¿Qué verbo, qué lenguaje no se pervierte con el
uso de la jerigonza judicial? ¿Qué buen gusto no se corrompe con el manejo
diario de códigos, reglamentos, y expedientes?
En la abogacía, como en un sepulcro voraz e insaciable, se han hundido
prematuramente muchas inteligencias, quizás las mejores del país.
No obstante, en el Perú se considera difícilmente que el hombre tenga valor
intelectual o almacene algunos adarmes de sabiduría, sin haber obtenido el
diploma de abogado.
.Apenas un individuo pronuncia un discurso, escribe un drama, compone
una novela o publica un libro de historia, adquiere por voto nacional el título
de doctor. Nos sorprende que el general Mendiburo , cuando se imprimió su diccionario
, no le pusieran el nombre de doctor y le quitaran el de general.
Juzgamos muy cuerdos y político, que a nuestros revolucionarios dejen de
titularse coroneles y empiecen a llamarse doctores.
Las muchedumbres ignoran que no saben sino códigos es muy pobre saber.
Gonzáles Prada es de respeto, este peruano hablaba claro, preciso, sin
tapujos, sin medias tintas, decía la verdad- como él decía – “ desnuda y
casta”, duela a quien le duela.
Así no nos guste, revisar lo que decía Manuel Gonzáles Prada sobre el
abogado es descubrir que tenía razón , muchos abogados envilecen la profesión o
la profesión los ha envilecido. Cuando cae un ciudadano en desgracia se
convierten en aves de rapiña y pretenden despojarle de lo poco que tienen y le
venden ilusiones.
Muy pocos conservan la dignidad, el decoro, el honor, el valor , la
sapiencia, la mayoría se han acomodado al sistema , hacen política “mentirosa”,
se han vuelto embaucadores o “mecedores”, aparentan ser grandes señores o
magistrados honrados o de gran trayectoria, acuden a los medios para juzgar o
criticar , incluso, a priori, a un investigado o procesado lo sentencian ,
antes de un juicio, colocándoles una suma considerable de años con el beneplácito de la prensa “piraña” que
lo toma como referente o son envilecidos por la corrupción y las apariencias .
La abogacía como profesión, en nuestro país, ha perdido su prestancia,
dignidad y la mayoría de los abogados quieren estar en la política porque es
donde menos se trabaja y donde más se gana.
El trabajo se centra en mover “la sin hueso” y vender ilusiones a un
pueblo que busca una tabla de salvación en tiempos de crisis donde confunde lo
aparente con lo real.
Personalmente no me quejo de esta profesión, a estas alturas, si no
fuese abogado no podría diseñar o plantear una estrategia legal en el caso en la
imputación inventada por la fiscalía que tiene una imaginación más frondosa que
un novelista de ficción; de lo contrario, necesitaría un presupuesto aparte
para pagar abogados que por estampar su firma cobran entre 100 a 300 nuevos
soles . Si a estas alturas no me hubiese recibido de abogado, estaría limitado
para moverme sigilosamente en esa jungla en que se ha convertido el
Palacio de Justicia y el Ministerio Público ; principalmente este último que
por obra y gracia del Nuevo Código Procesal Penal hecho a su medida, se han
convertido en fiscales- investigadores – acusadores( tres en uno ).
Moverse en estos lúgubres espacios en donde la a fiera grande devora a
la pequeña.
Alguien dijo una vez en voz alta - me parece que alguna razón tenía- que
ser policía-abogado es una combinación diabólica. ¿Por qué?- le pregunté .
Me respondió que esta combinación es diabólica, explosiva, porque además
de conocer la ciencia policial (criminalística) y el método de investigación
criminal , sumas a tu conocimiento como abogado aprendida en las aulas de la
universidad , estos conocimientos especializados
.
Estoy seguro que a todos los nóveles abogados le sucede lo mismo cuando
salen de las universidades y se colegian , pensar vas a transformar el mundo saturado de
injusticia , que vas ayudar a los
hambrientos de justicia, , que harás de este mundo un lugar más justo y
verdadero para vivir, que vas a ser tan famoso como aquellos abogados que
defienden a los más poderosos y llenan sus alforjas de “verdes”, pero una cosa
es lo que crees, piensas, planeas, otras es la cruda realidad .
El escenario donde se desenvuelve el abogado que pretender ejercer o
vivir del ejercicio de la profesión de abogado son terrenos que tienen nombre
propio, algunas veces con ciénagas –
salvo honrosas y escasas excepciones - en donde pocos mantienen a salvo los
principios del Código de Ética Profesional del Ilustre Colegio de Abogados.
El “Palacio de la Injusticia”- como lo conoce el populorum – es un
mercado en donde todo tiene precio y si no se vende el aire que respiran los incautos
ciudadanos que se mueven por los fríos e
indiferentes pasillos de este poder del Estado , es porque aún nadie ha
encontrado la fórmula para hacerlo .
Tarde o temprano, el servidor del Estado que entra a trabajar en este
poder del Estado que tiene en sus manos lo más preciado del ser humano( después de la vida es la libertad)
, termina corrompiéndose como sus colegas .
Al corrupto lo identificas fácilmente en la manera cómo mira, se mueve,
conversa , amarra el escrito, protege el expediente, dilata o acorta los
plazos, etc.
Son raros especímenes de la fauna humana cuya conciencia los traiciona.
En la profesión de abogado, como en farmacia, encuentras de todo.
Existen abogados encumbrados en famosas y elegantes oficinas
corporativas , así como aquellos que viven
– mejor dicho sobreviven- en los
pasillos del Palacio de Justicia y son conocidos en son de broma como la triple “A”(Asociación
de Abogados Ambulantes).
El Ilustre Colegio de Abogados , que aún arrastra actitudes y costumbres
de la Santa Inquisición y no responde a los retos del siglo XXI, nunca se acuerda
de estos abogados que sobreviven para capacitarlos o brindarle ambientes
adecuados para que puedan ejercer su profesión -
No todos los abogados ejercen la profesión, algunos solos obtienen el
carné para mostrarlo en las reuniones sociales o envanecerse ante la familia o
los amigos. Dicen que son “abogados”, pero de leyes o doctrina no conocen nada
, nunca han pisado los pasillos de la selva , nunca han ejercido una defensa,
no saben interponer una demanda de habeas corpus, no conocen cuándo cuesta una
tasa para apelación o las cédulas de notificación . Muchos lo hacen por incapacidad o temor a ser rechazados o que los
fiscales o jueces los sancionen por presentar escritos sin motivaciones o los
conminen a que si sigue presentado escritos dilatorios se le denunciará ante el
Consejo de Ética del CAL que siempre está presta a sancionar al abogado cuando
es quejado por mancillar la sacrosanta imagen del Colegio de Abogados de Lima.
Otros abogados, recién salidos de las universidades ( que parecen fábricas
de abogados) lo primero que apuntan es ser parte de algún famoso bufete o
corporación de abogados para aprender de ellos para ser tan famosos como ellos, no importándole el maltrato o la peseteada que reciben, solo
buscan proyectarse y decir que es parte de una corporación en donde aparecen apellidos combinados como Benítez,
Forno & Ugaz y cobran miles de dólares por la defensa a la cual no tiene
posibilidades el común de los mortales ´porque los juicios en nuestro país
duran una eternidad y te desgastan moral, psicológicamente y económicamente .
Otros tienen la profesión de abogado como una actividad que les permite
“sobrevivir” en estos tiempos de crisis. Nada de esto debe extrañarnos, porque
la sociedad peruana está llena de “sobrevientes”, muchos de los cuales visten
terno y corbata, pero no tienen ni para pagar el taxi.
La experiencia enseña que para vivir de la profesión de abogado tienes
que tener buenos contactos, amigos en el gobierno , amigos en el Poder Judicial
, en el Ministerio Público o del partido
gobernante o ser dueño de un verbo florido como César Nakasaki o Julio Gutiérrez
, que además de contar con buenos
sintetizadores de la doctrina y jurisprudencia, cuenta con el apoyo de la
“prensa piraña” que está atenta a cualquier desliz para destrozarte y hacerte
añicos , no solo como profesional sino también como ser humano, o sea,
necesitas dominar el arte y la técnica de Marketing.
Todos los años, el Ilustre Colegio de Abogados, celebra el Día del
Abogado con un programa bastante nutrido, invitando a los dinosaurios de la
profesión, aquellos personajes que brillan con luz propia y se caracterizan por
ser brillantes oradores de horas interminables, porque consideran que “abogado
que no habla, no come”.
En la oratoria tratan de descifrar qué significa realmente la profesión
de abogado y cuál debe ser su rol en estos tiempos de crisis y hambre de justicia.
Si los escuchas, te dicen la abogacía es la más noble de las
profesiones- nadie lo discute – que el abogado es la combinación del hombre del
derecho con la de un luchador por la justicia- es cierto-, es lo ideal – que el
abogado es un consejero e intercesor – de esos abundan bastante en las asesoría
de ministerios ganando sumas nadas despreciables – que el abogado es un
profesional que traslada las ideas del hombre corriente al lenguaje técnico de
la ley- es una actividad honorable que demanda sapiencia - que debe reunir la
más amplia cultura general con las más profunda cultura especializada o profesional-
es lo ideal porque todos los hechos de la realidad pueden originar
consecuencias de derecho o que la vida es susceptible de ser contemplada desde
el punto de vista jurídico-.
Todo eso es cierto como también que el abogado debe investigar los hechos
muchas veces en forma más ardua y difícil que el juez.
En mi carrera como abogado- policía, profesional del derecho, aprendí varias
lecciones que quiero transmitírselas. Si quieres mantenerme incólume y no caer
en la tentación de estar pidiendo favores o arrodillarte antes los secretarios,
jueces o vocales, tiene que ser un buen espadachín o manejar la ley como la
destreza de un mosquetero. No queda otra.
Tienes que tener pasión por lo que haces , eso debe concretizarse en
esta actualizado, leer, documentarte, revisar los fallos del Tribunal
Constitucional con ojo crítico, porque nadie es infalible, crear un blog o
tener Facebook para colocar tus experiencias y análisis para que otras también
se beneficien con él.
Tienes que agudizar el sentido y no confiar en nadie.
Si te mantienes
firme en tus principios o convicciones y pretendes honrar la profesión, debes
comprometerte en luchar contra la corrupción en el Poder Judicial y el
Ministerio Público y estar preparado
para asimilar los golpes bajos que pueden venir por cualquier lado .
La corrupción en nuestro país está institucionalizada y es tan antigua
como el viejo edificio del Palacio de Justicia. Los corruptos son como un
gremio que ataca en conjunto y entre ellos se protegen.
Muchos líderes alcanzan su poder por diferentes medios: algunos lo
obtienen porque son visionarios, otros por su creatividad, y otros por su
integridad. Pero todos tienen un elemento en común que les otorga la
denominación de líderes: la pasión por lo que hacen.
Los abogados deben tener pasión por lo que hacen y esto sólo se logra con
paciencia y perseverancia en todo lo que hacemos dentro de la profesión.
¡Feliz Día del Abogado!
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