sábado, 21 de abril de 2018

¿ POR QUÉ SE SUICIDAN LOS POLICÍAS?



El viernes 20 de abril , al mediodía,  el coronel  Juan Quiroz Chávez, Gerente de Seguridad de Ate Vitarte se suicidó de un balazo en su oficina. Fue  hallado agonizando dentro en su oficina de la base de Serenazgo de este distrito. Las razones para quitarse la vida se  desconocen.  Cuando recibió las primeras atenciones tras el disparo, aún se encontraba con vida, sin embargo, falleció mientras era conducido al Hospital del Seguro de Salud Vitarte.

La información fue confirmada por el municipio que extendió el pésame a los familiares de Quiroz Chávez por medio de sus redes sociales. Según nota de prensa de la Municipalidad de Ate , Quiroz Chávez era "un hombre dedicado a sus labores de funcionario con ejemplar dedicación, habiendo demostrado lealtad y profesionalismo en el ejercicio de sus funciones.

"El coronel Juan Quiroz destacó durante sus importantes servicios prestados desde el año 2011, como un funcionario valeroso e íntegro, de gran capacidad profesional, apreciado y respetado por todos sus compañeros de trabajo", agregó el municipio.

El 22 de julio del 2013, se suicida en su domicilio el  General Virgilio Breña Meder de 59 años  en su vivienda de San Miguel . Había tomado esta decisión y nunca se conocieron las  causas ni los motivos que habría tenido para acabar con su existencia. Según informaciones de Canal N, el caso se viene tratando con mucho hermetismo. Por el lado de los familiares, quienes evitaron  en todo momento el contacto con los medios, se mostraron  bastante consternados por el suceso. Las investigaciones arrojaron que el general Virgilio Breña se había suicidado con un disparo.

El 10 de julio 2015,  el comandante retirado  de la PNP, Víctor Raúl Montellanos Vásquez ,  fue  hallado muerto en su vivienda del segundo piso del inmueble donde vivía, ubicado en la cuadra 14 de la avenida López Pasos en el distrito de Carmen de la Legua de un disparo en la  en la boca.  Había sido un excelente policía de investigaciones habiendo trabajado muchos años en la Brigada de Robos. Sus hazañas investigativas son recogidas en el libro de Lusa Fares Yunis Herrera titulado “ Víctor Montellanos Vásquez en la Brigada de Robos.- Visión y olfato de un Halcón “.


Según informó RPP Noticias, se supo que la víctima atravesaba por una profunda depresión debido a la disputa que mantenía con sus hermanos por la posesión del inmueble donde vivían. 


El tema del suicido en la policía, sea en actividad o retiro , es un tema tabú .

 Se supone que los policías están preparados para soportar situaciones límites, que deben ser fueres, insensibles , de piedra , pero en realidad , se olvidan que también son seres humanos sujetos a los avatares del estrés, la tensión, la depresión, la angustia .
En otros países, como España, existen estudios serios sobre el suicidio en la policía porque han observado que el suicidios de agentes se lleva cada año el doble de  personas que los accidentes de tráfico, pero los tabús que rodean al tema y el hermetismo con el que se trata, hace que siga siendo un problema soterrado y silencioso que aumenta cada día. 

En España la población policial  es uno de los sectores profesionales con las tasas de suicidio más altas en todo el mundo. Cada año encabezan esta luctuosa clasificación junto a los abogados y los médicos (donde curiosamente destacan los dentistas). El  problema se agrava por momentos. La Guardia Civil, con algo más de 77.000 agentes , sufre cada año un  repunte dramático de suicidios entre sus miembros .  

 El método que utilizan es casi siempre el mismo: un disparo con su propia arma reglamentaria.

En España han realizado un estudio para encontrar las causa de los suicidios entre los policías y han que existen cinco causas más comunes( que son coincidentes en nuestro país ):

La presión y el estrés inherentes a la naturaleza de la profesión de policía en donde el agente está expuesto a una violencia diaria que se traduce en crímenes, accidentes,  robos, peleas, agresiones. Es difícil desconectarse de estas situaciones porque el problema lo llevan dentro .Durante la  jornada laboral ven cosas  horribles que pueden provocarle un trauma o una depresión. Eso afecta a las relaciones en la familia cuando vuelven a la casa .

El segundo de los factores es la dificultad para conciliar la vida familiar, llevar una vida hogareña ordenada y previsible debido a los cambios de  turno constantes, el servicio los fines de semana y las jornadas nocturnas . Todo ello dificulta la convivencia con la pareja y/o los hijos. La familia también quiere verte y hay semanas que apenas coincides. Los ves cuando vuelves de patrullar y ellos se van al colegio o a trabajar. Es duro para todos, porque este desequilibrio genera a menudo tensiones familiares. Y el agente de policía se siente culpable.

El tercer factor es el  geográfico.  Los cambios de colocación no  toman en cuenta la unidad familiar y los gastos que genera que un policía esté en provincia y la familia en la capital y cuando quieren hacer el cambio tienen que valerse de recomendaciones o pagar en la dirección de personal para que efectivice el cambio. La movilidad o el cambio de colocación a provincias  no es fácil de llevar para un policía . No siempre se  adaptan a su  nuevo destino, el nuevo trabajo o  nuevo colegio. Si se van contigo les estás obligando a que renuncien a parte de su vida. Si se quedan, tienes que irte solo. Muchas veces, para evitar estos dilemas, el policía opta por no promocionar, no progresar , prefieres estancarte profesionalmente antes que perjudicar a tu familia. Y eso hace que el policía pierda autoestima.

Como cuarta causa apuntan al estigma. El agente que entra en depresión es señalado por los jefes, por los médicos y por sus propios compañeros. Se trata de cuerpos en los que cualquier síntoma de debilidad está muy penado. Se les exige que el policía sea un estoico, un superhéroe , no puede mostrar debilidad

 Muchos agentes entran en depresión pero no pueden contárselo a nadie. Si se entera según qué compañero te dice que estás loco. Si se entera tu superior te acusa de ser un flojo. Si se lo cuentas a los médicos te dicen que lo que no quieres es trabajar.

Otro factor que les genera depresión e impotencia, es el   hostigamiento y acoso por parte de los superiores a los subalternos ( o subalternas) que por la misma idiosincrasia de estas instituciones dificulta que un acoso laboral acabe en sanción. Las jerarquías pesan. El 'jefe tirano' no es una figura extraña dentro de las fuerzas de seguridad, porque goza casi de inmunidad en el trato hacia sus subordinados. Así, los agentes prefieren callar ante los abusos porque saben que denunciarlos sería contraproducente: no sólo no se arreglará el conflicto, sino que además les acarreará represalias. 

¿ Imagínense cuántas mujeres policías están en estos momentos sufriendo acoso por parte de algunos jefes u oficiales y tienen que tragarse el abuso generándoles estrés y depresión que puede llevarlas al borde del suicidio?

Este silencio, unido al que ya rodea de por sí a la problemática del suicidio, contribuye a la ocultación absoluta del problema.

La quinta causa es la posesión del arma. Contar con un instrumento letal para matarse  influye en las tasas de suicidio por profesiones. Por ejemplo, los médicos conforman uno de los sectores con un índice más alto de muertes autoinfringidas. Por norma general lo hacen ingiriendo pastillas, porque tienen acceso a esa medicación. En el caso de las fuerzas del orden  es relativamente fácil que un policía resuelva una depresión pegándose un disparo en un momento de debilidad, porque ya lleva la pistola encima.

A  esto tiene que sumarse que los policías en el país son los peores pagados y el sueldo sólo les alcanza a cubrir la quincena del mes y después tiene que buscársela vendiendo su franco y vacaciones para cubrir los faltante del presupuesto hasta fin mes.
La  depresión se la tragan los policías porque es un   estigma  informar de que padece una depresión, lo visitarán psicólogos y psiquiatras. A menudo, los agentes prefieren no acudir al médico para evitarse represalias posteriores”.

¿Qué hace el ministro del Interior o el Director General de la PNP para  prevenir los suicidios de policías en la  institución?

Nada . No existe un plan para prevenir las conductas suicidas .

¿ En qué consistiría un plan de esta naturaleza?

No  es un plan específico de prevención de suicidios más allá del genérico para todos los funcionarios del estado. Este sería un plan con  ligeras variaciones porque los policías tienen una profesión de alto riesgo que no lo tienen la mayoría de los funcionarios públicos. Es más que seguro que un alto porcentaje de suicidios en nuestro país de policías tiene que ver con problemas en el ámbito sentimental, personal y familiar por lo que se debe aplicar un  protocolo de actuación en tres fases: vigilancia en el proceso de selección, observación de los  agentes con perfil de riesgo y de aquellas personas que ya hayan protagonizado un intento de suicidio.

Los policías tienen miedo de mostrar  depresión porque eso sería signo de debilidad  y sería mal visto en la institución porque se supone que un policía debe ser un Superman por lo que identificar a un potencial suicida no es sencillo. Esto hace necesario que cada cierto tiempo el policías sea sometido a un test de estrés autocorregido porque todo  policía está sujeta a un riesgo de caer en una depresión. Nadie piensa en suicidarse cuando está bien. Nadie se imagina que puede acabar quitándose la vida. Hasta que lo hace.

¿Hay solución? 

Empecemos con algo simple. Una medida buena sería poder acudir a psicólogos externos que no sean los del Hospital de Policía que se han vuelto rutinarios y que no miran siempre por el paciente  y dan el alta aunque realmente no estés en condiciones de trabajar. Se requiere psicólogos que sean comprensivos , que tengan asertividad, que los escuchen, que no los miren mal si dicen que están deprimidos .

Eso son patrones de comportamiento que hay que cambiar si no queremos que el problema siga creciendo.



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