viernes, 30 de junio de 2017

VOLUNTAD DE ACERO

Siempre en la vida debemos tener un émulo, un personaje de donde aprendemos estudiando su biografía, modo de vida, luchas, pesares, sacrificios, triunfos, etc. 
Uno de ellos es SIMÓN BOLIVAR. Era de una voluntad de acero, de una voluntad indomable, no se doblegaba ni ante las catástrofes naturales, ni ante las tremendas dificultades que oponían a su paso lo páramos y desfiladeros andinos, ni ante la mezquindad y obcecada oposición de algunos jefes republicanos. 
Ni la crueldad de sus enemigos, ni la soledad ni el desamparo lograron doblegar aquel espíritu amasado con las más duros  detractores . 
Lo grandioso en Bolívar es verlo ascender desde el extremo infortunio hasta las cimas del predominio y de la gloria llevada por la fuerza invencible de su carácter, que después de cada derrota se afirma y robustece.
Por lo tanto, no debemos tener temor a la derrota, después de cada derrota se extraen lecciones.
El primer revés militar que tuvo Bolívar fue cuando era un joven Capitán y perdió la Plaza de Puerto Cabello, en 1812 . 
Esta derrota ha sido objeto de interpretaciones amañadas y ajenas a la verdad.
El abatimiento que experimentó el joven Capitán ante tan lamentable pérdida, sentimiento que se hace patente en sus cartas a Miranda a raíz del suceso tan doloroso, a la par que revela su extrema sensibilidad , pone de manifiesto su férrea e inquebrantable voluntad
Y es porque los  grandes caracteres se forjan en la adversidad y en el infortunio.
Los espíritus elevados, indomables, en la adversidad y el infortunio sienten que la energía de su alma se eleva, se  ensancha y se iguala a la magnitud de los peligros.  Ellos sienten que nada puede impedir alcanzar sus sueños, que tienen conciencia de su superior destino, que la  derrota es madre del éxito y cada fracaso nos hace más listos.
Si un hombre quiere tener éxito en su trabajo, es decir, lograr resultados esperados, tiene que hacer concordar sus ideas con las leyes del mundo y adaptarse al cambio y las circunstancias.
Después de sufrir un fracaso, extrae lecciones, modifica sus ideas, haciéndolas concordar con las leyes del mundo exterior y de esta manera puede transformar el fracaso hacia el éxito.

Gerard Ingenieros
Junio 2017

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