La Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas convocó a un encuentro sobre « Creatividad Municipal “ y el panel conformado por distinguidas personalidades, esbozó la siguiente definición de seguridad ciudadana :
«La seguridad ciudadana consiste en el derecho de la población de transitar pacífica y libremente por las vías y espacios públicos, sin tener que enfrentar ninguna amenaza que ponga en peligro su integridad física y psicológica como consecuencia de la agresión de terceros, o, indirectamente, a causa del comportamiento irresponsable de otros. La seguridad ciudadana abarca también el derecho a gozar pacífica y libremente en la privacidad del domicilio personal.
Al final del evento, concluyeron que la seguridad ciudadana es un asunto de todos y no sólo de la municipalidad o la policía.
Es responsabilidad de los ciudadanos (individualmente), instituciones especializadas (como la Policía Nacional, el Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja, Defensa Civil, etc.), las organizaciones sociales (la Iglesia Católica, iglesias de otros credos, scouts, Leones, Rotarios, entre otras), organizaciones vecinales ( Juntas de Vecinos, Clubes de Madres, grupos del Vaso de Leche, clubes deportivos, etc.).
Este lamentable siniestro ocurrido el 2 de agosto de 1998,
está comprendido dentro de lo que se conoce como seguridad ciudadana ( el derecho de la población a gozar de
seguridad en locales públicos cerrados, como son teatros, cinemas,
circos, centros comerciales, salones de juego, bingos y colegios, entre otros)
Este lamentable siniestro ocurrido en el Teatro Municipal de Lima dejó
muchas lecciones y nos debe llevar a la reflexión de una serie de
circunstancias que concurrieron simultáneamente para el fatal desenlace.
Esto no con el ánimo
de señalar culpables pero sí para subsanar errores y aprender de ellos, de lo
que se hizo y de lo que se dejó de hacer, en un teatro que había sido
remodelado recientemente.
Las investigaciones preliminares señalan que la causa del
incendio fue un cortocircuito en los equipos de sonido que eran puestos a
prueba por terceros, para la función nocturna de una intérprete de música
criolla.
Que terceros conecten
equipos de sonido y luces adicionales a las del teatro, implica una autorización
de los responsables del mismo.
¿Se verificó si los
conductores eléctricos estaban en capacidad de soportar tales cargas?
Vale la pena preguntarse si en la remodelación reciente se
hizo un estudio de las cargas eléctricas que se conectarían y si con ello se
respetaron las normas especificadas en el Código Nacional de Electricidad para
la selección de los conductores eléctricos y de sus elementos de protección.
En muchas ocasiones se atribuyen como "causas
fortuitas" a desenlaces lamentables como el que relatamos , , sin embargo
vale la pena recordar que cuando la intensidad de corriente eléctrica aumenta
excesivamente -sobrecargas- es de temer la fusión de los conductores y por lo
tanto el peligro de incendio, se debe hacer una investigación para deslindar
responsabilidades.
Aun en presencia del cortocircuito pudo evitarse la
destrucción del teatro, de haberse contado con agua al inicio del incendio,
lamentablemente no había ni siquiera extintores -grave falta a la seguridad del
teatro-, como tampoco hubo agua en los hidrantes (surtidores de calle) de la
zona bajo responsabilidad de Sedapal.
Dadas las circunstancias con
dos días previos de funciones, lo más probable es que los conductores
del teatro hayan estado en sobrecarga, recalentando y hayan colapsado el día
domingo, con las consecuencias del cortocircuito. Espectáculos con equipos de
sonido e iluminación de gran potencia, como el que se presentó en la fecha de
siniestro, demandan capacidades de corriente eléctrica que escapan a las normales
instalaciones del teatro, en todo caso se debió verificar ello y contar con un
grupo electrógeno para el espectáculo.
Este acontecimiento puso en discusión aspectos fundamentales de la
seguridad ciudadana en locales públicos cerrados, como son teatros, cinemas,
circos, centros comerciales, salones de juego, bingos y colegios, entre otros.
Una manera de garantizar la seguridad ciudadana en
espectáculos públicos es que los locales exhiban un certificado de carácter
temporal extendido en conjunto por la municipalidad y Defensa Civil,
autorizando el espectáculo.
Teniendo en cuenta el mantenimiento de las condiciones de
seguridad en el local se permitiría la renovación de tal certificado. Sin la
autorización respectiva y vigencia del mismo, simplemente el espectáculo no se
debería desarrollar. Se deben contemplar condiciones de seguridad tales como el
adecuado almacenamiento y operación con combustibles, con materiales
inflamables y tóxicos, condiciones de las conexiones eléctricas y sistemas de
protección, vías de escape y sistemas contraincendios.
El alcalde de Lima de aquel entonces informó que se harían de inmediato los estudios para
la reconstrucción del teatro.
La reconstrucción del mismo si bien podría mantener la
arquitectura interior original, debía incorporar los conceptos modernos de
"edificio inteligente" a fin de brindarle mayor confort y seguridad
al público asistente, tanto en lo que se refiere a la acústica, a la
iluminación y al aire acondicionado, los mismos que podrían estar controlados por
computadora.
Asimismo implementar una red contraincendio, la que debe
comprender dos aspectos: el primero de prevención con red de detectores de
calor y humo, y el segundo de combate con un sistema independiente de la red
pública -pero complementario a ella-, que conste de cisterna, bomba de
accionamiento automático y red de tuberías con mangueras e hidrantes así como
rociadores de accionamiento térmico, estratégicamente ubicados. Igualmente
debería contar con un grupo electrógeno y un sistema de monitoreo y control de
la red eléctrica del teatro, con interruptores y elementos de protección
apropiados, así como vías de escape con escaleras externas al edificio.
La reconstrucción empezó en el 2008 y culminó el 11 de octubre 2010.
El 8 de Agosto del 2008, la Municipalidad de Lima tomó la
decisión de reconstruir, restaurar, reforzar y modernizar el Teatro Municipal
de Lima, el mismo que quedo totalmente devastado raíz del voraz incendio ocurrido el 2 de agosto de
1998, que destruyó la caja escénica, la sala de espectadores, la ornamentación
de los palcos en sus cuatro niveles, las estructuras metálicas del techo, el
mobiliario del teatro y las farolas ornamentales.
Se reprodujo 60 mil
piezas escultóricas” ya que el incendio destruyó el 95% de las molduras de yeso
del Teatro Municipal.
Se instaló en el
teatro un moderno sistema contra incendios,
detectores de humo, telones cortafuego y mil 181 butacas con material de alta
resistencia al fuego, manteniendo el estilo de influencia renacentista italiano en
la sala de espectadores.
También se restaurarán las escaleras imperiales y la fachada
frontal, costando la restauración del
teatro un total de 30 millones de soles,
financiado con recursos propios de la
comuna, básicamente generados por los visitantes al Circuito Mágico de las
Aguas.
El equipo de escultores estuvo liderado por el artista Marco Godoy Salazar quien hizo
un trabajo de filigrana.
El 11 de octubre 2010 se reinaguró el Teatro
Municipal de Lima.
El evento contó con la presencia
del Presidente de la República, Alan García , el alcalde de Lima, Luis Castañeda, como también
los empresarios Gonzalo Bedoya, Ricardo Vega Llona y Francisco
Helguera, entre otras personalidades, la directora del Ballet de Lima, Lucy Telge de Linder, así como Flor de maría
Valladolid, encargada del diseño.
El alcalde mencionó que el teatro cuenta con una buena
estructura que podría soportar hasta nueve grados de magnitud de un temblor
y cuenta con la última tecnología en infraestructura y
tecnología.
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