El 1 de Julio 2018 se
cumple cuatro años de la destrucción del
medio de comunicación “ Juez Justo “ por
la 2da. Fiscalía de Lavado de Activos a
cargo de la Fiscal Marita Barreto,
deteniéndose a su director, el coronel PNP en retiro y abogado, Benedicto
Jiménez.
Por ese motivo, por haber dirigido Juez Justo desde el 17 de Febrero
2011 hasta el 1 de Julio 2014, fue detenido su director, Benedicto
Jiménez, permaneciendo por más de dos años y medio en “Ancón-1” (Ex Piedras Gordas), siendo un
procesado-primario (sin antecedentes penales), mientras los fiscales buscan que
encontrarle responsable del presunto delito de lavado de activos partiendo de
un principio errado en la metodología de Investigación: “Primero te detengo, después te pruebo” . La aplicación de este
principio solo lleva a cometer abusos, atropellos, excesos y, al
final, como tratar de justificar su detención ya que levantaron un
castillo de arena, fuerzan o retuercen los hechos para acomodarlo a
las hipótesis a los hechos. Este erróneo principio lo
aplica la fiscalía porque solo le basta 4 días para
planear el allanamiento y destrucción de Juez
Justo, tomando como referencia al nombramiento de la Fiscal Barreto como responsable de la 2da. Fiscalía de Lavados de
activos el 27 Junio 2014 (4 días después allanan la empresa Juez Justo).
El allanamiento y la
destrucción de Juez Justo que en esos momentos editaba y publicaba un semanario
del mismo nombre y tenía una radio por Internet , es un crimen contra la
libertad de expresión e información que será recordado en los anales históricos
.
Han pasado cuatro años de
este crimen a la libertad de opinión y expresión del pensamiento y es necesario
recordar qué paso realmente ese día y como las huestes de la fiscalía y la
policía , a cargo de la Dra. Marita Barreto, al mejor
estilo de Atila , no dejaron nada a su paso
,solo destrucción y desolación porque allanaron, incautaron, destruyeron
“Juez Justo” creado para luchar contra
la injusticia y el abuso del poder.
Una vez detenido, Jiménez, sin mayores elementos de convicción (la
ley exige que estos elementos de convicción sean graves y
fundados) le cambiaron la comparecencia restringida por la
de Prisión Preventiva en medio de una fuerte presión mediática y
política, incluso, salió a los medios Ollanta Humala (24 Julio 2014)
para mostrar su incomodidad por la decisión de una Juez valiente como es
la Dra. Caballero, quien contra viento y marea, decidió concederle
comparecencia restringida a Benedicto Jiménez. Pero, esta Juez por aplicar el
derecho fue cambiada de colocación y quejada para satisfacer la veracidad de la
prensa “carroñera” que te procesa y sentencia y no descansa hasta verte en
el penal de “Piedras Gordas”.
El 1 de julio del presente año se cumplen cuatro años de Investigación
Preparatoria y por más que la fiscalía ha forzado los hechos no encuentra
responsabilidad por lavado de activos en Jiménez, quedándose con la
imputación de que dirigió un medio de comunicación que amedrentaba e intimidaba
los sensibles corazones de Fiscales, Jueces y Funcionarios Públicos; notas
periodísticas que los asustaba y les quitaba el sueño. Con ese criterio, ningún
director de algún medio se libraría de ir a prisión, sujeto a esa aberración
jurídica que es la prisión preventiva.
Recordemos
cómo sucedió este crimen a la libertad de expresión , recogida en el Capítulo 2
del futuro libro “Conversando con las paredes “.
Capítulo
2: La destrucción de Juez Justo
Era las
seis de la tarde y la noticia del allanamiento al llamado “Bunker de Orellana”
corría como reguero de pólvora.
Los medios
difundían la noticia de que se había dispuesto la captura de varios abogados
del “Clan Orellana” , entre ellos ,
estaba Benedicto Jiménez el director del Semanario Juez Justo y la Radio Por Internet del mismo nombre.
Por esos
días, la empresa Juez Justo TV SAC, de la cual Jiménez era su gerente , desde
el 17 de febrero 2011, editaba y publicaba un semanario que se
vendía a un sol en los quioscos de la capital y contaba con una radio por internet del mismo nombre que salía
desde el llamado “Bunker “ de lunes a viernes , entre las una y dos de la
tarde; todo se editaba y publicaba desde el tercer piso del inmueble ubicado en
la Avenida Guardia Civil 835, Corpac, San Isidro .
La prensa
que encontró carnecita en esta noticia se encargó de ponerle la cereza a la
torta, decían que Jiménez era el número dos de una organización criminal, el
brazo derecho de Orellana, era su “Fuerza de Choque”, el segundo en la
jerarquía del “Clan Orellana” .
Remarcaban,
repetían y volvían a repetir que era parte de la organización criminal o del
crimen organizado. Pocos entienden el verdadero significado de “crimen
organizado”, pero se ha puesto de moda este término, diría se ha “socializado”
y suena bien . Se utiliza mucho cuando quieres enviar alguien a la cárcel con
prisión preventiva.
Bien dicen
que para meter a una persona a la cárcel necesitas un testigo protegido, un
colaborador eficaz , un periodista “mermelero” y colocarle la
etiqueta de “crimen organizado”.
Estos
conceptos ( crimen organizado, organización criminal, clanes, mafias , etc.) se
utilizan de modo inflacionista y expansivo en la literatura y
también en los medios de comunicación ; son polisémicos , coloquiales, y de tanto
mencionarlos sus contornos se difuminan
con cualquier asociación criminal o banda
que le hace perder o distorsionar su significado actual , tal es así que
no siempre representa las características del fenómeno delictivo que representa o pretende describir , pero lo
concreto y real, es que si te endilgan esta etiqueta ( organización criminal
), te hacen la vida a cuadritos y te desgracian la vida . De eso puede contarlo
Jiménez porque lo ha vivido en carne propia.
Si eres tildado de ser integrante de una organización criminal, es seguro que te
espera una larga estadía en la cárcel , unos 18 o 36 meses de prisión
preventiva ; y unos 36 o 72 meses ( seis años ) de investigación preparatoria ,
porque según los fiscales( ahora , gracias al nuevo código procesal penal con
un triple rol de fiscales- investigadores- acusadores) eres un sujeto peligroso, estás comprendido
en una investigación compleja, existe una prognosis de pena mayor de cuatro
años y el crimen organizado es uno de los delitos más graves en el país , por
lo tanto, todo está justificado . Y, si los fiscales dices que eres culpable,
así seas inocente, algo te van a encontrar en los tres años de investigación
preparatoria que les piden a los jueces de garantías que siempre son magnánimos
y complacientes con los requerimientos fiscales .
Además, la
vía crucis no termina ahí, si eres comprendido en una organización criminal
cuando llegas al infierno de los penales, a esos “morideros humanos”, en el momento de la clasificación por una
junta de clasificación penitenciaria que funciona en el sótano del Palacio de
Justicia, esta “etiqueta” se toma en cuenta y terminas como reo de difícil
readaptación – así nunca hayas pisado cárcel – en un penal de máxima seguridad
( Piedras Gordas es el destino de aquellos que le colocaron la etiqueta de
crimen organizado).
Pero ,
volvamos a los momentos de la detención de Jiménez.
Al día
siguiente ( 2 de julio 2014), la prensa
se las ingenia para armar un organigrama de la supuesta organización criminal
denominada “Clan Orellana” y colocaron en él, una de sus fotos de Jiménez que
no le hace favor, al costado del llamado líder del Clan, el abogado y empresario, Rodolfo Orellana , que
había pasado a ser la encarnación del
mal de la sociedad peruana.
Cuando fue
detenido por cuatro policías vestidos de paisano, Jiménez se aprestaba a
retirarse del local donde funcionaba el
semanario Juez Justo y cuando volteaba
la esquina derecha , dos vehículos lo
cercaron y lo obligan a regresar para
esperar sentado en un vehículo la llegada de los fiscales mientras ya un grupo
de periodistas , que merodeaban por el lugar , avisados del allanamiento, se
acercaron al vehículo donde estaba inmovilizado para tomar fotografías ,
pugnando por obtener la primicia con las primeras palabras que diga el detenido
.
En el
momento de su detención, los cuatro policías, en todo momento se disculpaban
con el coronel de la policía en situación de retiro repitiendole: “Disculpe
usted, coronel, pero es nuestro trabajo “.
Jiménez
permaneció engrilletado e inmovilizado en el interior de un vehículo, hasta que
empezó el protocolo o las formalidades. Seguían llegando más y más periodistas,
se acercaban al vehículo en donde estaba sentado en la parte de atrás del automóvil,
custodiados por dos policías, metían el micro, acercaban sus cámaras para
captar el mejor ángulo, querían obtener respuestas a las preguntas que
disparaban .
-
¿Se
siente culpable? ¿Tiene algo que decir? ¿Es cierto que la revista intimidaba?-
preguntaban los periodistas.
Los
periodistas revoloteaban como moscas alrededor de la rica miel. Volvían a meter
las cámaras fotográficas por una ventana semiabierta, sus cámaras filmadoras,
micros, tratando de grabar algunas palabras que exprese el detenido quien
permanecía callado.
Era la
noticia del día y no querían perdérsela. No sabían de qué organización criminal
se trataba, ni de qué se me acusaba, pero había sido detenido y para ello eso
les bastaba.
Así empezó
mi vía crucis de Benedicto Jiménez, el otrora “Cazador de Abimael Guzmán”.
Cuando
permanecía sentado en la parte de atrás del vehículo estacionado frente a la
puerta de ingreso del “Bunker” por dos
policías ( los grilletes estaban cubierto con una camiseta para disimularlos ),
se le acerca una mujer de unos cuarenta
y cinco años, delgada, rostro ajado y sudoroso, presentándose como fiscal de
lavado de activos y le muestra una copia de la resolución judicial firmada por
el juez Marco Antonio Aurelio Tejada Ortiz
. Con ese acto empieza el formalismo.
Cogió la
resolución judicial y empezó a leerla, efectivamente, aparecía la autorización
judicial para el descerraje, allanamiento, registro e incautación con fines de
detención a requerimiento de la fiscal Marita Barreto, quien hacía una semana
se había hecho cargo de la segunda fiscalía de lavado de activos por mandato
del mismísimo Fiscal de la Nación, Ramos Heredia, el llamado primo de la
primera dama de la nación, Nadine Heredia.
A esta
fiscal, solo le bastó una semana para planificar y golpear el llamado “Bunker
de Orellana” . Es por eso que se notaba en las diligencias que realizaban
improvisación, desorden, impericia;
gruesos errores en el procedimiento en cuanto al allanamiento, registros
e incautaciones que más tarde le pasarían factura cuando tengan que demostrar
que la prueba se recogió con las debidas garantías de un debido proceso ,
respetando los derechos fundamentales de los intervenidos.
En realidad
los fiscales y los jueces involucrados en esta decisión y el allanamiento del
llamado “Bunker de Orellana” violaron todos los procedimientos operativos, el
debido proceso, no respetaron los derechos y garantías mínimas en el momento de
levantar las actas de incautación y no se respetó la cadena de custodia .
Pero todo
ello es perdonable, lo que no tiene nombre es que ese día (1 de julio 2014)
se destruya un medio de comunicación cometiéndose uno de
los más grandes crímenes contra la
libertad de expresión e información.
A la novel
fiscal que dirigía el operativo se le notaba nerviosa pero también eufórica,
feliz, complacida, era una gran
oportunidad para hacerse famosa y consolidarse como profesional dado que no
tenía más de tres o cuatro años en el Ministerio Público y este caso era la oportunidad que estaba esperando.
Para
empezar, había detenido a un coronel de la Policía Nacional, abogado y
considerado un héroe de la pacificación nacional. En esos momentos tenía en sus
manos un trofeo de guerra y quería sacarle el máximo provecho.
Nunca se
olvidará Jiménez de ese día fatal porque no
solo le privaban de la libertad -
algo tan preciado como la vida misma-, sino que a partir de ese tráfico
día, pasó a ser considerado un
“peligroso criminal de la información”
debido a que, según la hipótesis incriminatoria de los fiscales que lo
investigan hace más de tres años , utilizaba este medio de comunicación para insultar, difamar, intimidar,
coaccionar, amedrentar, etc., a una
larga lista de funcionarios públicos, conspicuos y correctos políticos,
magistrados , fiscales, etc.
Triste
privilegio que ni siquiera El Nuevo Diario, vocero senderista, la tuvo en sus mejores momentos en que editaba unos
treinta mil ejemplares cada quince días.
El
semanario Juez Justo editaba tres mil
ejemplares semanalmente y con esta cantidad es imposible pensar que podían causar zozobra y terror a una población
que bordea los nueve millones de peruanos en la capital.
Los hechos
de demolición contra el semanario y la radio por internet Juez Justo empezó a
la siete y media de la noche cuando los fiscales se abocaron a la tarea de
registrar e incautar todo lo que hacía funcionar a dicha empresa de
comunicaciones.
A la cabeza
de estos aprendices de bárbaros destacaba la
fiscal Marita Barrero Riveros con el
apoyo de un grupo de policías y
al mejor estilo de las huestes del bárbaro Atila, arrasó con Juez Justo,
allanó sus local, incautó todo lo que tenían para hacerlo funcionar: micros,
computadoras, archivos de las ediciones anteriores, revistas, semanarios,
etc. Incluso , fueron más allá de la
resolución autoritativa del juez o la finalidad específica del allanamiento (
incautar bienes vinculados al delito de lavado de activos o lo que se conoce
como objeto de acción del delito de lavado de activos o bienes que se han
adquirido con dinero de origen ilícito , lo efectos o ganancias o los bienes
que se relacionan o pueden servir para su comprobación del delito de lavado de
activos), incautó hasta el acervo documentario que Jiménez tenía como
abogado que consistía en denuncias , querellas y quejas ante el órgano de control interno del
Poder Judicial. Toda esta documentación
pasó a ser incautada como cuerpo del
delito de lavado de activos. Esto es señal de que no ejecutaron la incautación de manera razonada y proporcional ni tomaron en cuenta la finalidad específica de la resolución
judicial autoritativa que disponía la incautación solo de objetos de acción del delito de
lavado de activos, o sea, dinero en
efectivo , efectos o productos adquiridos con este dinero , bienes comprados ,
o piezas de ejecución , medios , huellas , vestigios materiales . Esto es lo
que se conoce como “cuerpo del delito de
lavado de activos”.
Las
querellas, denuncias penales y quejas ante el órgano de control interno
constituye libre ejercicio de la
profesión como abogado , , amparado en
eso que se conoce como “ tutela judicial efectiva” ( ejercitar la acción
penal ) y el derecho de defensa y
contradicción ; por lo tanto, no eran
bienes que se relacionaban o que eran
necesarios para el esclarecimiento del delito de lavado de activos
. Pero en fin, los fiscales tienen
la última palabra en recojo de evidencias y si podían cargar con
el perro que cuidaba el local , se lo llevaban porque podía ser un testigo
presencial de primera.
Toda esta
documentación que era parte del acervo documentario como abogado
penalista, la colocaron en enormes cajas de cartón para su posterior deslacrado y visualización,
de manera apiñada, con simples notas pegadas a las cajas en donde se leía
“documentos de interés para su posterior
lectura “ sin respetar la cadena de custodia .
Después de
tres años y medio siguen con las
diligencias de deslacrado, visualización y transcripción que aún no culminan.
Tal vez, a
este paso, van a requerir unos diez o veinte años para culminar con el
deslacrado.
Tan mal hicieron la incautación que entre lo incautado colocaron
querellas por difamación agravada a favor y en contra , rompiéndose
la cadena de custodia porque se hizo el
acta sin señalar la exactitud e individualizar lo que se encontró.
Como el
feroz Atila que todo destruye a su paso,
no quedó nada de lo que un día fue un medio de comunicación que
pretendía luchar contra la injusticia y el abuso del poder en nuestro país y se
había ganado un público adepto, principalmente, entre los sectores de abogados,
magistrados, fiscales, litigantes, etc. Hoy solo queda de los programas y
ediciones de Juez Justo como mudos testigos, algunas publicaciones que se
pueden visualizar en Internet .
Fue un día
aciago para un medio de expresión que publicaba un l semanario y había creado
una radio por internet, algo nuevo y creativo en nuestro medio.
Además de la destrucción del semanario, la
fiscal Marita Barreto con su grupo de fiscales y policías procedió a ejecutar
la orden de allanamiento, incautando todo el equipo técnico que hacía funcionar
la radio por Internet Juez Justo que se trasmitía todos los días entre la una y
dos de la tarde por Internet, la computadora, los micros, la consola, los DVDs,
las sillas, mesas, etc.
Todo quedó
clausurado, se suspendió la venta de los
semanarios, de su última edición y se destrozó
el órgano de expresión causándole un tremendo daño a la libertad de
prensa y expresión porque la empresa Juez Justo funcionaba de manera legítima,
estaba reconocida como tal, pagaba sus impuestos, hacía sus declaraciones
anuales y todas sus publicaciones, además de venderlas, se publicaban en
Internet , tal como se puede verificar en la actualidad .
La doctora Amalia Vega Mamani suplió en su
ausencia a la fiscal Marita Barreto durante el levantamiento de las
actas de registro personal, las declaraciones y otros actos de investigación.
Esta fiscal, pausada en sus movimientos, hacía tremendos esfuerzos por aparecer
amable, educada, pero no podía contener cierto atisbo de dureza.
Gran parte de la culpa en la destrucción del
órgano de expresión, Juez Justo, la tuvo el Juez Marco Aurelio Tejada Ortiz,
quien aprobó el requerimiento fiscal sin mayores indagaciones sobre el lugar dónde iban a golpear. Este magistrado
ni sabía que en el inmueble sito en Guardia Civil 835, Corpac, San Isidro ,
funcionaba un medio de comunicación.
La razón
para destruir el medio de comunicación, según la fiscalía, es que Juez Justo se
había convertido en un aparato de amedrentamiento, que infundía temor en la
población y que atacaba a funcionarios públicos , personalidades, magistrados,
políticos, causándole terror y daños
psicológicos, quitándoles el sueño y causándoles un terrible daño a su honor ,
entre ellos, un correcto congresista que se erige como el adalid de la
moral y la ética pública ; bandera de
lucha que le ha permitido darse como cuatro vueltas en el Congreso y según se
prevé, quiere morir como tal..
El día del
descerraje , allanamiento e incautación del lugar donde funcionaba la empresa
Juez Justo TV SAC, lo más increíble
es, que rompe toda lógica operativa, fue
que estando detenido Jiménez, no se le permitió participar en el registro
domiciliario en su condición de gerente y
representante legal de la empresa de comunicaciones, vulnerándose garantías procesales y constitucionales;
omisión que ni un agente imberbe en
investigación criminal lo comete, tal es así que solo en el acta de
incautación de las especies y documentación de Juez Justo aparece la firma de
los fiscales y la policía . Este detalle
puede tener un alto costo en el momento de
demostrar su culpabilidad en el
juicio oral porque es en este nivel que se construyen las pruebas y la
investigación fiscal solo son meros actos de investigación, nada más.
Nunca hubo
algo oculto ni nada que esconder en Juez Justo como medio de comunicación como
intenta demostrar la fiscalía en los
tres años de investigación contra esta empresa de comunicaciones .
Esta
empresa en el momento de su destrucción, tenía cuatro años de creada, varios
gerentes y directores de la revista habían pasado por él, como los periodistas
Miguel Ángel Pérez Maldonado y César Hildebrand Chávez y cuando fue allanada,
venía publicando y vendiendo el semanario Juez Justo y contaba con una radio por internet que salía todos los días
de una a dos de la tarde ; medio que fue creado con el objeto de luchar contra
la injusticia y el abuso del poder. Nunca hubo indicios probados ni elementos
de convicción para ordenar el allanamiento, la suspensión, clausura y
destrucción total de Juez Justo como medio de comunicación y para la detención
del director del semanario y la radio por Internet del mismo nombre.
La
destrucción de este órgano de expresión y la detención de su director,
Benedicto Jiménez, pasará a los anales históricos como ejemplo de órdenes
judiciales irrazonables y desproporcionadas, no necesarias y adecuadas debido
que para investigar un medio de comunicación no había necesidad de destruirlo e incautar todos sus equipos técnicos, borrarlo del mapa, con la intención de
acallarlo para siempre.
Sin lugar a
dudas, la destrucción de este medio de
comunicación denominado Juez Justo constituye un crimen
contra la libertad de expresión .