jueves, 31 de mayo de 2018

JESSICA TEJADA


Su foto llenaba titulares . Su rostro muestra desconcierto , temor , incertidumbre . Tiene tristes las miradas y sus ojos están enrojecidos de tanto llorar su mala suerte . La prensa la muestra bajo el titular “ Prisión preventiva para Jessica Tejada”.

El juez , Richard Concepción Carhuancho , ni corto ni perezoso – por algo lo conocían en el juzgado de investigación preparatoria de Chimbote como “ el juez de los diciocho meses”- le clava 18  meses de prisión preventiva , mientras la fiscalía la investigará por los cargos de lavado de activos en criminalidad organizada . Por el delito le espera como mínimo unos 36 meses de prisión preventiva.

En la audiencia, esta joven mujer, pareja del ex Viceministro de Comunicaciones , Jorge Cuba, trata de defenderse alegando que había sido sorprendida por su pareja, que desconocía que su nombre y apellidos había sido utilizada en cuentas de paraísos fiscales . Nadie le creyó . 

Carhuancho ya tenía lista la resolución para enviarla a prisión para que conviva con sentenciados , hasta que la fiscalía prueba su culpabilidad .

Es probable que cuando cumpla los 18 meses de prisión preventiva, le prolonguen 18 meses más , presentará cada cierto tiempo una solicitud pidiendo la cesación de prisión preventiva por comparecencia , pero todo será inútil . La fiscalía la etiquetó como integrante de una organización criminal y este estigma lo llevará por un largo tiempo porque así justifican la complejidad del caso y los 36 meses de prisión preventiva .

Todo este show mediático , alimentado por un gran sector de la prensa “carroñera” , con vista complaciente de nuestros “opinólogos” en asuntos legales que se encargan de colocarle los años en que sería sentenciada y de los magistrados que ven complacientes e indiferentes este circo y carnicería contra una morena mujer que en otrora fue una voleibolista destacada pero que ahora le espera un largo vía crucis porque los procesos penales en nuestro país son interminables .

Estamos en un país en donde la precariedad de las instituciones ( Policía , Poder Judicial, Ministerio Público) permiten que se vulneren los derechos fundamentales de una persona como es la presunción de inocencia .

El artículo segundo , título preliminar del Código Procesal Penal , menciona en “hasta antes de una sentencia firme , ningún funcionarios o autoridad pública puede presentar a una persona como culpable o brindar información en tal sentido “.

Esta mujer llamada Jessica Tejeda, para la constitución política y la ley penal, goza de presunción de inocencia y no debía haber sido presentada o mostrada ante la prensa como culpable, pero a quién le interesa . La mostraron con marrocas ( se deduce así no obstante la camiseta que las cubría ), con un chaleco antibalas donde se podía leer “ detenido” y la prensa le tomaba fotos en todo los ángulos , luego fue estigmatizada como una gran criminal .

Alguien , me parece un psicólogo , trató de explicar  desde SU  punto de vista especializado el comportamiento de las autoridades y del común de los mortales ,  diciendo que en nosotros los seres humanos que se supone que somos lógicos y racionales  , aflora el sadismo y la maldad.

Cuando vemos a alguien en desgracia, especialmente cuando ha sido una figura pública, reverenciada u odiada, al verlos en desgracia, degradados , humillados, derrotados , nos embarga el placer y la embriaguez.

Solo aquellos que hemos vivido lo mismo, en situaciones parecidas, podemos entender y comprender lo que pudo haber sentido esa joven mujer llamada Jessica Tejeda cuando fue apresada, enmarrocada, mostrada a la prensa  y enviada a esos morideros humanos llamados “cárceles “ en nuestro país .

Otros comprenderán su vía crucis y su dolor, serán sus padres, algunos hermanos, pocos amigos y sus hijos, si los tiene .

¡ Pobre, Jessica Tejeda!

En carne propia sentirá la pasión de Jesucristo quien fue humillado , vejado , golpeado , escupido y crucificado.

Después de tres años, saldrá de prisión con comparecencia restringida porque la fiscalía seguirá investigándola hasta probar su culpabilidad y en la mayoría de las veces , 36 meses le queda chico Nunca más volverá a ser la misma.

Pero la vida es una gran escuela y mucha veces Dios nos coloca en situaciones extremas para probar algo , tal vez , tu fortaleza, amistad o familia 

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