Su foto llenaba titulares . Su rostro
muestra desconcierto , temor , incertidumbre . Tiene tristes las miradas y sus
ojos están enrojecidos de tanto llorar su mala suerte . La prensa la muestra
bajo el titular “ Prisión preventiva para Jessica Tejada”.
El juez , Richard Concepción Carhuancho ,
ni corto ni perezoso – por algo lo conocían en el juzgado de investigación
preparatoria de Chimbote como “ el juez de los diciocho meses”- le clava 18 meses de prisión preventiva , mientras la
fiscalía la investigará por los cargos de lavado de activos en criminalidad
organizada . Por el delito le espera como mínimo unos 36 meses de prisión
preventiva.
En la audiencia, esta joven mujer, pareja
del ex Viceministro de Comunicaciones , Jorge Cuba, trata de defenderse
alegando que había sido sorprendida por su pareja, que desconocía que su nombre
y apellidos había sido utilizada en cuentas de paraísos fiscales . Nadie le
creyó .
Carhuancho ya tenía lista la resolución para enviarla a prisión para
que conviva con sentenciados , hasta que la fiscalía prueba su culpabilidad .
Es probable que cuando cumpla los 18 meses
de prisión preventiva, le prolonguen 18 meses más , presentará cada cierto
tiempo una solicitud pidiendo la cesación de prisión preventiva por comparecencia , pero todo será inútil . La fiscalía la etiquetó como integrante de una
organización criminal y este estigma lo llevará por un largo tiempo porque así
justifican la complejidad del caso y los 36 meses de prisión preventiva .
Todo este show mediático , alimentado por
un gran sector de la prensa “carroñera” , con vista complaciente de nuestros
“opinólogos” en asuntos legales que se encargan de colocarle los años en que
sería sentenciada y de los magistrados que ven complacientes e indiferentes
este circo y carnicería contra una morena mujer que en otrora fue una
voleibolista destacada pero que ahora le espera un largo vía crucis porque los
procesos penales en nuestro país son interminables .
Estamos en un país en donde la precariedad
de las instituciones ( Policía , Poder Judicial, Ministerio Público) permiten
que se vulneren los derechos fundamentales de una persona como es la presunción
de inocencia .
El artículo segundo , título preliminar del
Código Procesal Penal , menciona en “hasta antes de una sentencia firme , ningún
funcionarios o autoridad pública puede presentar a una persona como culpable o
brindar información en tal sentido “.
Esta mujer llamada Jessica Tejeda, para la
constitución política y la ley penal, goza de presunción de inocencia y no
debía haber sido presentada o mostrada ante la prensa como culpable, pero a
quién le interesa . La mostraron con marrocas ( se deduce así no obstante la
camiseta que las cubría ), con un chaleco antibalas donde se podía leer “
detenido” y la prensa le tomaba fotos en todo los ángulos , luego fue
estigmatizada como una gran criminal .
Alguien , me parece un psicólogo , trató de
explicar desde SU punto de vista especializado el comportamiento
de las autoridades y del común de los mortales , diciendo que en nosotros los seres humanos que
se supone que somos lógicos y racionales , aflora el sadismo y la maldad.
Cuando vemos a alguien en desgracia,
especialmente cuando ha sido una figura pública, reverenciada u odiada, al
verlos en desgracia, degradados , humillados, derrotados , nos embarga el
placer y la embriaguez.
Solo aquellos que hemos vivido lo mismo, en
situaciones parecidas, podemos entender y comprender lo que pudo haber sentido
esa joven mujer llamada Jessica Tejeda cuando fue apresada, enmarrocada,
mostrada a la prensa y enviada a esos
morideros humanos llamados “cárceles “ en nuestro país .
Otros comprenderán su vía crucis y su
dolor, serán sus padres, algunos hermanos, pocos amigos y sus hijos, si los
tiene .
¡ Pobre, Jessica Tejeda!
En carne propia sentirá la pasión de Jesucristo
quien fue humillado , vejado , golpeado , escupido y crucificado.
Después de tres años, saldrá de prisión con
comparecencia restringida porque la fiscalía seguirá investigándola hasta
probar su culpabilidad y en la mayoría de las veces , 36 meses le queda chico
Nunca más volverá a ser la misma.
Pero
la vida es una gran escuela y mucha veces Dios nos coloca en situaciones
extremas para probar algo , tal vez , tu fortaleza, amistad o familia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario