¿ Cómo se venció el terrorismo en el Perú desde el punto de visa militar?
Análisis y respuesta al libro de Hernando de Soto titulado “
¿ Cómo los pobres del Perú derrotaron al terrorismo?”
Napoleón Bonaparte decía : “ La hija victoria tiene muchos padres pero la
hija derrota es huérfana”.
Sobre la
derrota del terrorismo ( desde el punto
de vista militar ) han aparecido una serie de tesis para demostrar las causas de esta derrota desde el punto de vista militar porque
realmente nunca se venció totalmente a SL, ya que esto solo se puede dar desde el
punto de vista militar, político e
ideológico y, esto último aún no se ha logrado.
En el 2016 aparece una de esta tesis propugnada por Hernando
de Soto, presidente del Instituto Libertad y Democracia (ILD) autor del libro “
Cómo los pobres del Perú derrotaron al terrorismo”.
La tesis que esgrime Hernando de Soto es que los Comités de Autodefensa (DECAS) a través de
los años crecieron hasta llegar a 120,000 personas que, junto con las Fuerzas
Armadas -otras 30,000 personas- le infligieron al comunismo su derrota más
contundente en el territorio Latinoamericano y, por fin, el último triunfo que
se conoce contra el terrorismo en el Tercer Mundo. Pero la victoria sólo fue
posible cuando después de diez años las tropas de las Fuerzas Armadas Peruanas
se aliaron con las DECAS.
Además, refiere este reconocido intelectual peruano que
quienes vivían en la capital del Perú, Lima, creían -y siguen creyendo- que SL
era un grupo de petardistas que habían puesto un coche bomba en Tarata, una
céntrica calle del distrito de Miraflores y que unos pocos y estupendos
policías acabaron con él. Sin embargo,
los servicios de inteligencia extranjeros sabían que la guerra se estaba definiendo
en el campo.
Bien sencillo: sólo el 2% de las acciones violentas de SL
ocurrieron en Lima consistiendo en unos cuantos apagones y atentados
incendiarios y dinamiteros. Sin embargo, la estrategia de SL era dejar a Lima
en un estado de inconsciencia para después rodearla y acorralar a sus habitantes.
Lima casino se daba cuenta que el 60% del territorio nacional estaba en estado
de emergencia.
Finalmente los campesinos fueron reconocidos como
interlocutores válidos a finales de 1991 crecieron seis veces, constituyendo una gran fuerza de
120,000 hombres armados que, junto con los 30,000 soldados peruanos, lucharon y
derrotaron a Sendero. Ya para 1992 se había reducido sustancialmente el número
de muertes y Sendero fue derrotado no sólo como fuerza militar sino también
como opción política.
Lo que no comprendemos hasta ahora es que los campesinos y mineros populares que nos salvaron de la pesadilla de una dictadura senderista y pagaron por ello decenas de miles de vidas, nunca hayan sido reconocidos.
Durante toda la década del 90 no se ha levantado ni un
museo, una estatua, un muro de lamentaciones para honrar a lo que constituye
hasta el día de hoy la más grande reserva militar del Perú contra la violencia.
Y no es sólo para agradecerles, o para rescatar el honor de los militares que
murieron por nosotros, o para recordar aquellos uniformados que se dieron
cuenta que la violencia no es un problema policial o militar sino esencialmente
político; es importante no olvidar la gesta heroica de los campesinos para que
no se vuelva a interrumpir, derramando sangre, la marcha hacia la
industrialización pacífica del Perú, buscando consensos para resolver los
grandes conflictos que necesariamente produce el crecimiento desigual.
Esta tesis , como tantas
otras , insinúan que las rondas
campesinas fueron el factor determinante del colapso de SL porque la obligaron
a volcar sus actividades al terreno urbano y que la matanza de Lucanamarca, en
1983, fue una reacción desesperada de SL orientada a desincentivarlas.
En cuanto al papel de
las rondas campesinas en la derrota de SL, según la versión de Elena
Iparraguirre (Miriam) recogida por Antonio Zapata[1] en
su libro “ La guerra senderista.- hablan los enemigos” sostiene con énfasis que la clave de la derrota de
ellos fue la caída de la dirección y
juzga que las rondas campesinas solo vencieron a sus comités de apoyo, luego de la detención del Buró Politico[2]
del PCP-SL. En sus palabras: “ Contra
los que sostiene muchos analistas no creen que las rondas campesinas han sido
decisivas en nuestra derrota , en realidad, su capacidad para desmantelar
nuestras bases de apoyo se produjo después de nuestra captura . La caída de la
dirección fue el punto de quiebre de la guerra”[3].
Así Elena Iparraguirre cuestiona abiertamente a Carlos Tapia, al CVR, al
Ejército Peruano y Hernando de Soto.
Otra tesis de cómo se derrotó el terrorismo en el Perú
también es que las ejecuciones
extrajudiciales perpetradas por el grupo Colina y los abusos de los jueces sin
rostro fueron nucleares y determinantes en la derrota a SL –como postulan los
abiertos o soterrados defensores del tercer grado o los excesos – que pusieron en práctica ilegalidades
contribuyeron a desprestigiar moralmente al Estado. Así, con sus desmanes,
pretendieron arrogarse la exclusividad del éxito en la lucha antisubversiva con
el innoble propósito de aprovecharlo políticamente.
Nadie niega el rol importante que tuvo las rondas campesinas
o los comités de autodefensa en la lucha contra el terrorismo, pero su accionar
no fue gravitante para alcanzar el punto de quiebre de la lucha en donde se
observa de manera nítida un vencedor y un vencido . Se puede pelear o dar duros
combates al enemigo pero eso no quiere decir que se ha alcanzado el “ el
quiebre estratégico de la lucha “
Por nuestro lado, los protagonistas en la lucha contra Sendero Luminoso , que después de diez
operaciones de inteligencia operativa policial , entre los años 190-1991 y
1992, logramos la captura del líder senderista , somos enfáticos en decir que
la principal causa de la “aparente “[4]
derrota de SL fue la caída del líder senderista, Abimael Guzmán,
con parte de la cúpula senderista el 12 de setiembre de 1992 y la
aplicación de la ley de arrepentimiento , que viene a ser un complemento a lo
anterior, ya que si no era detenido el
líder maoísta , esta ley no hubiese
tenido eficacia ya que existía antes de
su captura pero nadie quería arrepentirse ya que esta organización había puesto
entre la espada y la pared al Estado peruano [5].
Lima, 2 /12/2021
Benedicto Jiménez
[1] Antonio Zapata es periodista, historiados y entrevistó en el año
2009 a Elena Iparraguirre en el penal Santa Mónica de Chorrillos y recogió la
versión de ésta en muchos temas de interés como el rol de las rondas campesinas
en la derrota del PCP-SL.
[2] El Buró Politico cayó el 12 de setiembre 1992 , estaba integrado
por Abimael Guzmán, Elena Iparraguirre, María Pantoja Sanchez y Laura Zambrano
Padilla. Solo faltaba Feliciano.
[3] Página 203 de “La guerra senderista.- Hablan los enemigos”.
[4] Se dice “aparente derrota”( se supone que nunca se llegó a una victoria estratégica contra Sendero
Luminoso debido a que sólo hubo una victoria militar , pero no política ni
ideológica).
[5] En 1990 , la Corporación Rand, entidad autorizada en el tema de
violencia terrorista , informó al Departamento de Defensa de Estados Unidos que
el Perú estaba al borde del colapso y que era factible que a fines de la década
de los noventa tome el poder .
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